«Quiubo» con el precio del arte en el mundo

El precio del arte mexicano

Por Ivonne Reséndiz

CIUDAD DE MÉXICO, México,
(N22).-

“Hay que entender que las únicas obras de arte que tienen mercado a
nivel individual son las artes visuales debido a que tienen la posibilidad de
pertenencia exclusiva o limitada, y esto no puede ser posible con la literatura,
la poesía, la danza, el cine, ni el 
teatro”, destacó para AgenciaN22  Rafael Matos, director de la Casa de Subastas
Rafael Matos.

Pablo Picasso, Vicent Van
Gogh, Rufino Tamayo, Frida Kahlo y Diego Rivera son algunos de los autores cuyas
obras pueden encontrase en el mercado por miles o hasta millones de dólares, pero
¿con base en qué se determina el valor económico de una obra de arte?

De acuerdo con Matos,
algunos de los factores que intervienen para precisar un valor económico es quién realiza la obra y si tiene o no reconocimiento en el medio artístico;
además, se contempla la autenticidad del
producto, es decir, “si realmente la obra es auténtica del autor”.

Otro de los aspectos más
importantes es la representatividad del
autor, “por ejemplo Rufino Tamayo, lo más representativo podría ser una mujer
con sandías, y eso tiene más valor a que si tienen un cuadro de él mismo donde
pintó unas servilletas, eso no es representativo de Tamayo, por lo que su valor
disminuye”.

Asimismo, y como parte de
las características que se deben tomar en cuenta para valuar una pieza, no a
nivel artístico sino a nivel de precio, es la firma, y aunque para muchos autores la firma es algo que no suele
ser tan importante, para el mercado es un factor significativo.

Otra particularidad que se
debe apreciar es la técnica con la
que está realizada, y según Matos, dentro de la pintura, un “óleo sobre tela es
más caro que el crayón sobre papel, y pasa lo mismo en la escultura, donde vale
más una talla en mármol que una obra en yeso”.

Cabe destacar, que ciertos
parámetros son evaluados del autor y algunos otros de la obra como tal, es
decir, de los factores ya mencionados se incorpora el estado de conservación de la misma, los antecedentes de venta y las medidas,
debido a que siempre la más grande tendrá un valor más generoso, así haya una
con las mismas características pero con medidas inferiores.

Y por último, la situación del mercado del arte y no la
del país. “Lo que está sucediendo es que el dinero se acumula en unos cuantos y
ellos son los que compran, y aunque México
tiene un alto nivel de miseria y hambre, las ventas en las subastas pueden ser
muy altas”.

Así como existen pinturas y
esculturas con precios excesivos, también se encuentran productos hechos con
materiales reciclados o  con objetos que
utilizamos en nuestra vida cotidiana y que aun así tienen un precio
desmesurado, pero ¿cómo es que alcanzan tal valor?

“En la obra de arte no
importa tanto…. Aunque claro que hay técnicas más caras que otras, pero no
cuenta tanto el material con el que están hechas, pues lo que cuenta es la
propuesta creativa. El arte es una generación de emociones”, enfatizó Matos.

Ejemplo de ello es el pintor
y coleccionista mexicano Chucho Pérez, puesto que él incorporó en sus obras
íconos y materiales de la cultura popular mexicana, como el papel de China, y
que actualmente cuestan miles de pesos en el mercado del arte.

Pero ¿quién o quiénes son
los indicados para precisar un valor?, según el experto, los apropiados para
reflejar los puntos buenos y malos de una obra en un precio son los que se
encuentran en el medio artístico, por lo que indicó que son los galeristas,
coleccionistas, las casas de subastas y por supuesto los mismos artistas.

Sin embargo, colocar un
precio también debe estar fundamentado para poder ampliar el entorno de cada
obra, es por eso que además de expertos, los precios y obras pueden compararse
con un “Informe de resultados de venta de casas de subastas”. 

Los documento, mismos que
datan desde 1977 hasta el 2010 y que actualmente casas de subastas trabajan
para actualizarlos, recolectan información sobre autores, obras, precios, técnicas
y medidas, entre otros.

El
valor del arte, por sí mismo

Hoy en día, “el arte
mexicano en general” ha tenido cierto descenso, pues según el especialista no
se tiene la misma demanda que de 1930 a 1950, esto se debe a que los artistas
se incorporaron tarde al arte contemporáneo o porque simplemente llegan a
México obras de autores de otros países.

De acuerdo con Matos, una
persona puede destacar entre los dos mil doscientos millones de personas que
hay en el mundo por razones como: tener un talento innato y el desarrollarlo,
además de que la propuesta del artista conecte con el medio del arte, llámese
coleccionista, galerista o simplemente en los que vayan a sentir el arte a un
museo,  pues “el arte se siente no se
explica”.

Asimismo, agregó que existen
diversos niveles para crear  arte a
través de piezas visuales, teatro, literatura, música, etcétera, por lo que es
importante diferenciar a un artista de un aficionado o un genio.

El aficionado es el que escribe, pinta o torea sólo por hacerlo y
están motivados por el estrés para relajarse o tranquilizarse; también se
encuentra el pintor, escultor, escritor o
músico, quien una vez realizada la obra la vende y recibe dinero por su
trabajo.

Además se encuentra el
artista, que él no sólo pinta, escribe, baila o actúa sino que genera
emociones,  transmite y muestra un
panorama distinto, y por último está el genio,
que hace lo mismo que el artista pero a niveles sublimes, por ejemplo:
Mozart y Beethoven, entre otros.

Por lo que Rafael Matos
enfatizó que Frida Kahlo, Diego Rivera, José Clemente Orozco, Rufino Tamayo,
David Alfaro Siqueiros, José María Velasco, Gerardo Murillo y Gabriel Orozco,
entre otros.

“Existen autores que son
conocidos por sus obras aunque el costo de las mismas es mínimo, sin embargo,
eso no quiere decir que no sean obras extraordinarias”, agregó Matos.

No obstante, también existen
las personas que se quieren adueñar de obras que no son suyas, pues uno de los
casos más sonados no sólo en México sino en el mundo entero es el de las obras
falsas.

Y según el experto, hay
diversos tipos de falsedad, por ejemplo el evidentemente
falso y el dudoso, donde debe
verificarse su originalidad con más expertos; asimismo el atribuible, porque nunca se ha dudado de la originalidad de la obra
o porque tiene más elementos positivos que negativos.

Además está el razonablemente auténtico, donde no se puede
asegurar que es auténtico pero los que están en el medio pueden opinar que lo
es; también están las obras falsas pero
con firmas auténticas.

De igual forma están los artistas que niegan sus obras porque no
están de acuerdo con el precio establecido en el mercado secundario y
finalmente las piezas falsas donde el
artista asegura que son de él porque no se acuerda de esa obra o porque
sólo lo asegura.

“Son casos que pasan muy
seguido. Sucede que la gente que está en el medio del arte son personas, no son
dioses y se equivocan y lo mismo pasa con las personas que hacen las obras, las
firmas o todo”, finalizó.