Por Alondra Valverde*
Distrito Federal, 11/03/14, (N22).-
José Luis Trueba Lara (México, D. F. 19 de septiembre de 1960), autor de Psycos, zombis y otras catástrofes, título que considero desafortunado porque se queda corto en relación con lo que el libro ofrece. La portada exhibe a infames zombies y jóvenes que los destazan, donde hay un héroe y al final el amor y la buena voluntad reinan. En cambio, casi a contra punto, Trueba nos brinda en medio de imágenes bien logradas una historia sobre la muerte de los habitantes deMéxico, de una manera tan bien escrita que cuesta creer que la ciudad es hermosa en medio de esta destrucción; y lo logra con los espacios y ambientes que usa para el texto; el detalle del cataclismo en Ciudad Universitaria da mucho de qué pensar, ¿será que en medio de la hecatombe el humano seguiría existiendo? Trueba Lara nos muestra en este texto que no, que la necesidad de la supervivencia es mayor que la piedad.
La construcción de familias previamente disfuncionales en busca de alimento, las madres refugiadas en la locura para escapar de los hijos que se sienten culpables por asesinar a sus propios padres que (y más en medio de dicho escenario) no se podían evitar.
Metáforas y prosopopeyas encuentran equilibrio en la mirada del narrador. Los “no muertos” que describe Trueba, caminan en “un vacío que siempre estuvo ahí, pero que nunca se percibió con tanta furia», «la muerte sólo era un zumbido agudo e interminable”, ésta es una cita del inicio de la lluvia de imágenes que la obra brinda sin llegar a la saturación.
Otro detalle interesante es la inclusión de las miradas de los personajes, por ejemplo la de Jorge Antonio, líder de un grupo de jóvenes; la de Jesús, que cumple con el dictado de su nombre y da la vida para salvar a moribundos sin ofrecer la redención. Todo es un rompecabezas donde buenos y malos anidan en escala de grises.
Las referencias a películas y a la cultura de internet es una constante y son la guía improvisada para sobrevivir a la catástrofe de los muertos vivientes.
En cuestión narrativa es un sube y baja, que a veces va en línea recta, despacio, para llegar al clímax de la tensión donde el que descifra las sílabas apresura la vista o la frena para no encontrarse con la desgracia y la crueldad que marcan las páginas. La deliciosa descripción de lo ácido, cruel y doliente, tan lleno de botellas lanzadas al mar sin esperanza, el juego mismo de la esperanza, la caricia suave que brinda al hacer creer al lector que la salvación está cerca, seguida de una bofetada de realidad perfectamente descrita, ahí podemos ver el cansancio del sobreviviente mordiéndoles las piernas, eso sin mencionar la vuelta inesperada que da el autor en las últimas páginas del libro, cuando se demuestra la escuela literaria que tiene, el uso de recursos, los epígrafes, que resultan una bala certera para abrir el telón en cada escena.
Se agradece el tiempo que se tomó para darnos a conocer el origen de este libro, que deja asomarnos a la vida del autor, pues en estas páginas Trueba Lara advierte dónde nacieron los personajes y de quién tomó el carácter de cada uno.
En lo general es un libro limpio, sólo un error de dedo y un par de asonancias, que no resultan molestas pero sí notorias. El libro es un mundo construido, palabra a palabra, por un labrador y observador afinado de muerte sin misericordia.
José Luis Trueba Lara, Psycos, zombis y otras catástrofes, Alfaguara, 2013.
*Poeta
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