José de la Colina, Phillipe Ollé-Laprune, Javier García Galiano, Pablo Soler Frost y Jorge F. Hernández recordaron al amigo y maestro en el Palacio de Bellas Artes
Por Víctor Gaspar
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Distrito Federal, 06/03/14, (N22).-
Una obra singular en su concepción y su presencia en las letras actuales, la del escritor, traductor y crítico literario, Salvador Elizondo sirvió de punto de partida para recordar al autor de Farabeuf a 8 años de su fallecimiento. José de la Colina, Phillipe Ollé-Laprune, Javier García Galiano, Pablo Soler Frost y Jorge F. Hernández recordaron al amigo y maestro en el Palacio de Bellas Artes.
“El apela a la inteligencia del lector, que es lo que se agradece, que no nos hable como si fuéramos tontos sino que, al contrario, te está hablando sabiendo que tú vas a ver que poner de tu parte para completar el sortilegio del grafógrafo. Él lo que deja plasmado son los caracteres, ahora le toca uno completar la otra parte de la ilusión”, comentó Jorge F. Hernández.
La obra de Elizondo se apuntala en conocimientos pictóricos, científicos, literarios y una exploración muy personal de la literatura universal hacia la que tendió puentes a través de sus traducciones.
“Él recibió influencias de muchos autores, básicamente afuera de lengua española, creo yo, tanto de literatura de lengua alemana, como de lengua francesa o inglesa, con Joyce. Es evidente, un gran lector de Joyce, un gran lector de Bataille, como se sabe, de Klossowski, en lengua francesa; y del alemán de Thomas Mann de todos esos grandes hombres alemanes. Creo que es un hombre que se empapó de literatura mundial, era realmente alguien muy ecléctico que sabía leer varios idiomas y se sentía muy impregnado de lengua inglesa, por ejemplo y recibió eso y lo supo aprovechar muy bien para hacer algo muy personal y muy propio”, expresó Phillipe Ollé-Laprune.
Miembro de la Academia Mexicana de la Lengua y de El Colegio Nacional, Elizondo dejó en su obra ecos que traspasan generaciones a decir de los participantes en este homenaje. Al concluir Jorge F. Hernández recordó que José Emilio Pacheco decía que Elizondo era un escritor para escritores.
“Pero yo he probado que también es intemporal y los jóvenes, los jóvenes que incluso ya pertenecen a otra generación, en cuanto descubren el encanto de este autor, que tenía una chispa muy vivaz, un sarcasmo sutil, pero sobretodo una erudición, hombre, ejemplar. Entonces es un escritor que ha trascendido generaciones y van a pasar muchos años y vamos a seguir leyéndolo”, finalizó.
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