- «Los procesos para la elección de los consejeros se ven afectados por la excesiva intervención de los partidos políticos “en su intención de satisfacer sus demandas”, Héctor Zamitiz, politólogo UNAM
CIUDAD DE MÉXICO, México, (N22).-
Ante la próxima elección de los consejeros faltantes del Instituto Federal Electoral y la crisis en las resoluciones de las últimas dos elecciones presidenciales, el doctor en Ciencia Política por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Héctor Zamitiz considera que el principal problema del diseño del instituto electoral es la falta de “credibilidad y legitimidad” surgida de que los integrantes del órgano comicial tengan que ser nombrados por la Cámara de Diputados.
Zamitiz, actual profesor de la Facultad de Ciencia Políticas y Sociales de la UNAM, abunda, que pese a que muchos de los actuales y pasados consejeros cuentan con trayectorias sobresalientes, las decisiones y propuestas que toman se ven afectadas por los presuntos vínculos partidistas que guardan, lo que favorece, al mismo tiempo, que sus carreras sean descalificadas.
Además, el politólogo observa que sumado a ello los procesos para la elección de los consejeros, que se han alargado hasta por nueve meses como es el caso del relevo del ex consejero Sergio García Ramírez y quien renunció a su cargo entre acusaciones de parcialidad a favor del PRI en la pasada elección presidencial, se ven afectados por la excesiva intervención de los partidos políticos “en su intención de satisfacer sus demandas”.
Ante ello, considera que una posibilidad para que el órgano “vuelva a ciudadanizarse” y con ello aminorar la falta de credibilidad del instituto es legislar para que los consejeros procedan de la academia y organizaciones ciudadanas; además de que la elección de los mismos se realice mediante un sorteo, como ocurre en el modelo español.
Respecto a la creación del Instituto Nacional de Elecciones, contenido en la reforma política que actualmente se discute en el Senado, pese a que asegura que los integrantes del Pacto por México partieron desde un “diagnostico mínimo” para iniciar la discusión de la propuesta, se muestra optimista, ya que ve en ello un posibilidad de disminuir la intervención de partidos y gobernadores en los comicios.
Asimismo, asevera que entre las modificaciones al modelo actual de elecciones, se deben contemplar reformas en las atribuciones de la unidad de fiscalización del posible nuevo órgano electoral; así como del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
Lo anterior, con el fin de permitir la nulidad de la elección cuando se compruebe el rebase del tope de gastos de campaña, el reforzamiento de la transparencia de la propaganda partidista; así como de la fiscalización de los recursos públicos otorgados para la financiación de los partidos políticos, para los que el próximo año se erogará más del 50 por ciento de los más 12 mil millones de pesos previstos para el IFE.
Finalmente, Zamitiz ve que el mayor reto para el nuevo órgano electoral, que sustituiría al nacido en 1990 y sucesor de la Comisión Federal de Vigilancia Electoral, es que los legisladores no dejen su conformación “incompleta”.