La filosofía en México, ahora, es un archipiélago: Carlos Pereda

  • “No hay un pensamiento latinoamericano que sea justamente, por eso hablo de una razón porosa, que sea diferente a lo que otra gente del mundo piensa, el mundo es más pequeño y hay más intercomunicación de los pensamientos”
Por Alizbeth Mercado (@alizbeat)

Distrito Federal, 22/08/13, (N22).- 

Para el académico Carlos Pereda, “hay un archipiélago en la filosofía de México, no hay corrientes totalmente dominantes como hubo en otras épocas, hay una pluralidad de voces que se conjuntan y son dispares a veces. Toda la generación del archipiélago trabaja sobre corrientes muy influyentes de la filosofía en México, como la pobreza, la violencia y una rama que ha tenido impacto en los últimos tiempos es la bioética, discusiones sobre el aborto, eutanasia, clonación, discusiones sobre la vida o la muerte”.

Carlos Pereda Failache es un filósofo de origen uruguayo, trabaja en el Instituto de Investigaciones Filosóficas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y recién publicó el libro La filosofía en México en el siglo XX. Apuntes de un participante.

El texto se compone por conversaciones, entrevistas y debates sostenidos con diversos filósofos. La intención de Pereda es mostrarse como un “participante” dentro de los debates y no como historiados u observador que no es parte del círculo de filósofos.

Ante esta declaración, aseguró que la palabra participante en el libro se usa en contraposición con la palabra historiador.


“El participante está narrando algo desde dentro, el historiador o cronista está desde fuera, este libro está escrito más como una memoria que como una historia y discute con los diferentes pensadores, mientras que el historiador es quien toma distancia y más que discutir describe. En este sentido la tercera parte del libro que es la recepción de la filosofía alemana en México sería lo que está más cerca del historiador y lejos del participante porque es descriptiva”.

Pereda dividió su estudio en cuatro partes. El primer apartado es la época de “Los refundadores” que la integran José Vasconcelos, Antonio Caso y Samuel Ramos. El segundo se trata de cuando el exilio español irrumpe en la historia, “la época de los trasterrados”, José Gaos, se caracterizó a sí mismo y a sus compañeros.

El tercer grupo es de “Los grandes bloques”. Carlos explicó que surge porque es una época de grandes controversias y la suma importancia del marxismo académico, se vuelve fundamental en la discusión filosófica de México y a favor o en contra, todos los otros filósofos toman posición.

El Marxismo estuvo encabezado por Adolfo Sánchez Vázquez, por otra parte el interés por el pensamiento latinoamericano y filosofar a partir de las circunstancias latinoamericanas, el nombre más importante es Leopoldo Zea. En cuanto a la tradición metafísica encontramos filósofos como Antonio Gómez Robledos, Ramón y Joaquín Xirau y juliana González y un poco en contra de estos grupos la iniciación de la filosofía analítica en México, Fernando Salmerón, Alejandro Rossi y Luis Villoro.

“La cuarta fase sería lo que llamo ‘La generación del archipiélago’ porque no hay bloques sino que hay individualidades que van en caminos muy diferentes”.

Cuando se piensa en la individualidad se relaciona al pensamiento posmoderno, el cual supone la superación del pensamiento producido en la Edad Moderna, es decir (en palabras de Jean-Francios Lyotard) vivimos un relajamiento en varios sentidos y el humanismo ha perdido importancia.

Si acaso la posmodernidad ayudó a que no existan bloques de pensamiento y a que la filosofía esté parada en archipiélagos, Pereda comentó: creo que los bloques se han sustituido por un coro de diferentes voces y cada una de esas voces tiene un timbre diferente, y bueno, veremos que la mayoría de ellos aún están escribiendo, no sabemos qué pasará.

Entretanto, ¿existe una corriente filosófica en América Latina?, no, en opinión de Pereda.

“No hay un pensamiento latinoamericano que sea justamente, por eso hablo de una razón porosa, que sea diferente a lo que otra gente del mundo piensa, el mundo es más pequeño y hay más intercomunicación de los pensamientos”.

Una impronta que maneja el investigador es “la razón porosa” que se refiere a la flexibilidad del conocimiento. “La porosidad de la razón es una oposición entre la razón arrogante que no ve lo que pasa a su alrededor que no es capaz de aprender la labor de las ciencia, las artes, de la vida cotidiana, frente a una razón porosa que es aquella que intenta aprehender las más diversas informaciones”

¿Podemos tomar este libro como un intento de divulgación de la filosofía?, ya que su lectura es apta para cualquier lector, preguntó AgenciaN22.

“Sí es un intento de divulgación de la filosofía, pero este concepto se puede usar de dos maneras como una divulgación que sirve de puente y sustituto. La sustituto es cuando el divulgador sustituye aquello que divulga, cuando es puente es que el divulgador invita a ir a las fuentes. Me gustaría que sea un intento de puente, que sea una invitación para entrar a esos libros”.

La filosofía en México en el siglo XX. Apuntes de un participante es una edición de la Dirección General de Publicaciones del Conaculta. Se presentará el jueves 22 de agosto a las 18:30 horas, en la Librería Rosario Castellanos del Centro Cultural Bella Época.

Imagen http://bit.ly/186kIz1

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