Kiju Yoshida es un samurái perdido en México

Por Huemanzin Rodríguez

Ciudad de México, 06/12/12, (N22).- Comenzará una retrospectiva cinematográfica del director japonés Kiju Yoshida, quien ha venido a México acompañado de su esposa y actriz Maiko Okada. Conocido por su perturbadoras películas en el Japón de la posguerra, que se alejaban de la estética, temáticas y posturas de los directores consagrados como Akira Kurosawa, Yoshida fue asociado a una especie de nouvell vage japonesa, pero en realidad, su trabajo es resultado de un posicionamiento político y filosófico que buscaba una forma diferente de expresarse y comunicar. El director japonés charló sobre esto desde la Cineteca Nacional:
«Yo pienso que la película está en medio, entre el público y el director, en otras palabras, la película no es del público pero tampoco es del director, normalmente la película cuando se presenta va limitando, definiendo, especificando los sentidos, y es una forma unilateral. Si no es una película comercial o de imposición de poder, no debe tener un solo significado o una imagen clara. Normalmente la fotografía de una película nos indica cuál es el personaje más importante y cuál es la escena más significativa, entonces el público se enfoca en esa escena. Yo trato de transferir más sensaciones pero en un sentido más amplio».
Las primeras películas de Yoshida abordaban de una forma lacaniana a la juventud de su país, este cine cambió cuando la famosa actriz Maiko Okada pidió que él fuera el director de su siguiente trabajo. De esa manera, Yoshida se involucró en un cine donde los personajes eran vistos desde una perspectiva femenina, por lo que se le asoció al feminismo, cuando en realidad era una forma de protestar en una cultura cinematográfica japonesa machista:
«En 2011 cumplí 60 años de carrera profesional y he aparecido en 180 obras y realmente hice papeles de muy diferentes tipos, pero de todas estas obras, las que se van a presentar en esta retrospectiva de Kiuji Yoshida, son las que me gustan más. Así que me gustaría que el público mexicano conociera estas películas».
Yoshida vivió en México después de que en 1978, El Colegio de México lo invitó para que presentara su película Eros + masacre (1970). En esa ocasión conoció a Vicente Silva y a jóvenes cineastas, y buscaron filmar una obra épica: «Entonces les conté un episodio que hubo hace 400 años, de un grupo de samuráis japoneses que cruzaron el océano Pacífico, llegaron a Acapulco, atravesaron todo México, zarparon de Veracruz rumbo a Roma. Eran como 140 personas en total pero cuando llegaron a Japón después de darle la vuelta al mundo, sólo eran 7 personas. Sabemos que cerca de 100 samuráis fueron abandonados aquí, en esta tierra».
Durante cinco años intentó levantar ese proyecto que tuvo que abandonar. De esos años escribió un libro, México, una metáfora placentera, que le mereció recibir en 1984 la orden el Águila Azteca.
«No pude lograr ese proyecto, pero creo que la experiencia me permitió conocer un poco mejor a los mexicanos, por eso quiero explicar a quien no conoce mi cine, que mis obras cinematográficas no son normales, son obras muy especiales».

De las 19 películas de Yoshida, se proyectarán 12 en la Cineteca Nacional, y el viernes 8 al término de la función de Eros + masacre, el director ofrecerá una charla abierta.
12MAG

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