Distrito Federal, 05/12/12 (N22).-
Luego de 200 años de mantener los ojos cerrados, la Virgen de Guadalupe plasmada en un óleo del Templo de San Juan Bautista, en Yecapixtla, Morelos, los “abrió” nuevamente luego de un proceso de restauración en el que expertos, al retirar varias capas de pintura, advirtieron que originalmente el artista los había plasmado entreabiertos.
Como parte de esta labor, a cargo de expertos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta), también se lograron develar más imágenes que estaban ocultas, entre ellas la figura de San Juan Diego, así como la firma del autor de la pintura y su antigüedad.
“Se trata de Nicolás Espinoza quien la creó en 1762; según investigaciones preliminares fue un artista de origen chileno que trabajó para la orden de los agustinos, aunque en realidad es poco lo que conocemos ya que no tenemos registrada otra obra de él, a menos en Morelos”, informó Frida Mateos González, restauradora responsable de la atención de la obra.
Con la intervención al óleo sobre tela del siglo XVIII, explicó la especialista del Centro INAH-Morelos, se pudieron recuperar figuras y trazos originales que eran imposibles de ver por la gran cantidad de repintes que los cubrían. Tal es el caso de los ojos de la Virgen, que los feligreses siempre vieron cerrados
Al respecto, la restauradora Frida Mateos explicó que en el siglo XIX la obra comenzó a ser objeto de repintes que fueron ocultando la imagen original. Al hacer el retiro de varias capas de pintura, se pudo observar que los ojos de la Virgen de Guadalupe no estaban cerrados totalmente, de manera que se procedió a rescatar este rasgo.
“Otro hallazgo fue que en realidad porta una corona imperial (semiovalada) y no de picos como la que tenía pintada antes de la restauración. Además se hallaron los tonos exactos tanto del manto (color vino con diseños dorados) como del rostro y manos de la Virgen, y del querubín que la acompaña, ambos con un color claro y rosado”, abundó.
Asimismo, se descubrieron y rescataron racimos de flores de distintos colores que enmarcan la figura de la Virgen, incluida la imagen de Juan Diego y la inscripción con la firma del autor.
Entre cantos, música de banda y rezos, hace unos días el cuadro fue recibido con gran fervor por las más de dos mil personas que la aguardaron fuera y dentro del Templo de San Juan Bautista, edificación levantada por la orden agustina, a principios del siglo XVI.
La pintura —de 1.2 metros de ancho y 1.8 de alto— fue entregada por el antropólogo Víctor Hugo Valencia Valero, delegado del INAH en Morelos, y Frida Mateos, restauradora responsable de la obra, a la comunidad de Yecapixtla siempre interesada en las labores de cuidado de su patrimonio cultural, a través de dos representantes de su comité de vigilancia: Guillermo Trujillo y Raúl Torres.
La población de Yecapixtla refirió que para ellos “era de sumo valor la recuperación de su virgencita milagrosa; para la comunidad era de vital importancia la restauración de esta Virgen por la ferviente devoción que le tienen”, puntualizó Frida Mateos González.
A petición de la comunidad, la pieza llegó el 22 de marzo de 2011 a las instalaciones de del Centro INAH-Morelos, donde permaneció en restauración durante un año nueve meses, lapso en el que además se le atendieron deterioros, como una fractura en la parte superior izquierda del lienzo (de 48 cm, del hombro de la Virgen hacia el borde), así como daños y pérdidas de la capa pictórica provocadas por abrasiones y la acidez de deyecciones de palomas.
De acuerdo con la restauradora Mateos González, reiteró que la obra tenía varias capas de pasta y color que le fueron aplicados a partir del siglo XIX, y se hicieron estudios estratigráficos para determinar el número de repintes que se le aplicaron; asimismo, se trabajó en la búsqueda de las sustancias químicas más adecuadas para eliminarlos. La labor también implicó el uso de bisturí.
Fue así, dijo, como fue posible también recuperar la imagen de San Juan Diego, que se observa hincado, desplegando su ayate con un ramo de rosas, así como los tonos originales que el pintor dio a cada elemento de la imagen.
Con apoyo de especialistas de la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía del INAH, los restauradores también fijaron las escamas u hojuelas de pintura levantadas, y posteriormente se hizo la consolidación de la capa pictórica del lienzo.
Luego se le dio una segunda limpieza al óleo colonial, se resanó y con pinturas al barniz se hizo la reintegración cromática donde fue necesario. Finalmente, se le colocó una capa de barniz especial para protección.
La restauración de la imagen de la Virgen Guadalupe del municipio de Yecapixtla, incluyó además la atención del bastidor original que carecía de varios travesaños y estaba deformado, lo que restaba estabilidad al lienzo.
Una vez que la pintura sobre tela arribó al Templo de San Juan Bautista, el 28 de noviembre de este año, la imagen fue colocada en el nicho que ha ocupado desde el siglo XIX, donde el párroco Ignacio Ponce Aguilar la bendijo, al tiempo que los habitantes ofrecían cantos y flores.
Cabe mencionar que el templo morelense de San Juan Bautista, forma parte de las edificaciones —junto con otros 13 monasterios— que conforman la Ruta de los Conventos, inscrita en 1994, en la Lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO.
Luego de 200 años de mantener los ojos cerrados, la Virgen de Guadalupe plasmada en un óleo del Templo de San Juan Bautista, en Yecapixtla, Morelos, los “abrió” nuevamente luego de un proceso de restauración en el que expertos, al retirar varias capas de pintura, advirtieron que originalmente el artista los había plasmado entreabiertos.
Como parte de esta labor, a cargo de expertos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta), también se lograron develar más imágenes que estaban ocultas, entre ellas la figura de San Juan Diego, así como la firma del autor de la pintura y su antigüedad.
“Se trata de Nicolás Espinoza quien la creó en 1762; según investigaciones preliminares fue un artista de origen chileno que trabajó para la orden de los agustinos, aunque en realidad es poco lo que conocemos ya que no tenemos registrada otra obra de él, a menos en Morelos”, informó Frida Mateos González, restauradora responsable de la atención de la obra.
Con la intervención al óleo sobre tela del siglo XVIII, explicó la especialista del Centro INAH-Morelos, se pudieron recuperar figuras y trazos originales que eran imposibles de ver por la gran cantidad de repintes que los cubrían. Tal es el caso de los ojos de la Virgen, que los feligreses siempre vieron cerrados
Al respecto, la restauradora Frida Mateos explicó que en el siglo XIX la obra comenzó a ser objeto de repintes que fueron ocultando la imagen original. Al hacer el retiro de varias capas de pintura, se pudo observar que los ojos de la Virgen de Guadalupe no estaban cerrados totalmente, de manera que se procedió a rescatar este rasgo.
“Otro hallazgo fue que en realidad porta una corona imperial (semiovalada) y no de picos como la que tenía pintada antes de la restauración. Además se hallaron los tonos exactos tanto del manto (color vino con diseños dorados) como del rostro y manos de la Virgen, y del querubín que la acompaña, ambos con un color claro y rosado”, abundó.
Asimismo, se descubrieron y rescataron racimos de flores de distintos colores que enmarcan la figura de la Virgen, incluida la imagen de Juan Diego y la inscripción con la firma del autor.
Entre cantos, música de banda y rezos, hace unos días el cuadro fue recibido con gran fervor por las más de dos mil personas que la aguardaron fuera y dentro del Templo de San Juan Bautista, edificación levantada por la orden agustina, a principios del siglo XVI.
La pintura —de 1.2 metros de ancho y 1.8 de alto— fue entregada por el antropólogo Víctor Hugo Valencia Valero, delegado del INAH en Morelos, y Frida Mateos, restauradora responsable de la obra, a la comunidad de Yecapixtla siempre interesada en las labores de cuidado de su patrimonio cultural, a través de dos representantes de su comité de vigilancia: Guillermo Trujillo y Raúl Torres.
La población de Yecapixtla refirió que para ellos “era de sumo valor la recuperación de su virgencita milagrosa; para la comunidad era de vital importancia la restauración de esta Virgen por la ferviente devoción que le tienen”, puntualizó Frida Mateos González.
A petición de la comunidad, la pieza llegó el 22 de marzo de 2011 a las instalaciones de del Centro INAH-Morelos, donde permaneció en restauración durante un año nueve meses, lapso en el que además se le atendieron deterioros, como una fractura en la parte superior izquierda del lienzo (de 48 cm, del hombro de la Virgen hacia el borde), así como daños y pérdidas de la capa pictórica provocadas por abrasiones y la acidez de deyecciones de palomas.
De acuerdo con la restauradora Mateos González, reiteró que la obra tenía varias capas de pasta y color que le fueron aplicados a partir del siglo XIX, y se hicieron estudios estratigráficos para determinar el número de repintes que se le aplicaron; asimismo, se trabajó en la búsqueda de las sustancias químicas más adecuadas para eliminarlos. La labor también implicó el uso de bisturí.
Fue así, dijo, como fue posible también recuperar la imagen de San Juan Diego, que se observa hincado, desplegando su ayate con un ramo de rosas, así como los tonos originales que el pintor dio a cada elemento de la imagen.
Con apoyo de especialistas de la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía del INAH, los restauradores también fijaron las escamas u hojuelas de pintura levantadas, y posteriormente se hizo la consolidación de la capa pictórica del lienzo.
Luego se le dio una segunda limpieza al óleo colonial, se resanó y con pinturas al barniz se hizo la reintegración cromática donde fue necesario. Finalmente, se le colocó una capa de barniz especial para protección.
La restauración de la imagen de la Virgen Guadalupe del municipio de Yecapixtla, incluyó además la atención del bastidor original que carecía de varios travesaños y estaba deformado, lo que restaba estabilidad al lienzo.
Una vez que la pintura sobre tela arribó al Templo de San Juan Bautista, el 28 de noviembre de este año, la imagen fue colocada en el nicho que ha ocupado desde el siglo XIX, donde el párroco Ignacio Ponce Aguilar la bendijo, al tiempo que los habitantes ofrecían cantos y flores.
Cabe mencionar que el templo morelense de San Juan Bautista, forma parte de las edificaciones —junto con otros 13 monasterios— que conforman la Ruta de los Conventos, inscrita en 1994, en la Lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO.
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