INAH recupera antiguo camino colonial cerca de Campeche

Distrito Federal, 21/11/12 (N22).-
Arqueólogos del Instituto Nacional de
Antropología e Historia (INAH-Conaculta) avanzan en el rescate de una antigua
calzada que hace más de 250 años daba acceso a San Román, barrio colonial ubicado
en lo que hoy es la ciudad de Campeche. De acuerdo a las fuentes históricas, el
antiguo sendero tenía una longitud de 160 metros, de los
cuales 60 han sido liberados, lo que representa casi la tercera parte.
El
camino, que corre paralelo a la muralla de la Puerta de Tierra, fue descubierto a finales de
marzo de este año, durante una inspección arqueológica realizada en el jardín
de dicho monumento histórico.
Heber Ojeda Mas,
arqueólogo responsable del salvamento, informó que desde hace poco más de un
mes el INAH trabaja en la liberación de la vía colonial, cuyos orígenes se
remontan al siglo XVIII.
En
un principio, recordó, se halló un muro de mampostería de 1 m de altura y 60 cm de grosor —a 30 m de la muralla de la Puerta de Tierra y contiguo
a la banqueta de la avenida
Circuito Baluartes—, asociado a varias
capas de tierra de los siglos XVII al XX, entre las que también se encontraron
fragmentos de objetos de cerámica.
Tras
la revisión de diversas fuentes históricas se confirmó que se trataba de uno de
los muros que flanqueaba una antigua calzada, de la que ya no se tenía memoria.
Dada su importancia se propuso el rescate, con el apoyo de las autoridades
locales, para dar continuidad al proyecto, añadió el arqueólogo Ojeda Mas.
El
especialista explicó que entre los documentos consultados para precisar el tipo
de elemento arquitectónico hallado, están los informes de don Antonio de
Figueroa y Silva, gobernador de Yucatán de 1725 a 1733, quien realizó
el proyecto y edificación de la
Puerta de Tierra, mismo que en 1732 comunicó al rey que había
hecho tres caminos paralelos a la muralla de la fortificación, dos a los lados,
para el tránsito hacia San Román y San Francisco, y el tercero a Santa Ana.
También
se revisaron el plano (1734) remitido al gobernador don Juan de Fernández
Sabariego, donde se observa la
Puerta de Tierra y las tres calzadas, así como el mapa de la Plaza de San Francisco
Campeche de 1789.
“Con el avance de la
excavación —de 60 m
de largo, seis de ancho y cerca de 80 cm de profundidad— se corroboró la anchura
de la vía (5.80 m)
y se ha detectado una serie de desagües que en aquella época evitaban la
acumulación de agua de lluvia.
“En
total se han liberado 60 metros
de longitud del sendero, lo que representa casi la tercera parte de la que tuvo
originalmente, ya que de acuerdo al plano de 1734 su extensión era de alrededor
de 160 metros,
teniendo como vértices la
Puerta de Tierra y el Baluarte de San Juan”, abundó el
especialista del INAH Campeche.
Heber
Ojeda Mas indicó que, posiblemente, el resto del antiguo camino podría estar
muy deteriorado por el equipamiento urbano, como la colocación de ductos de
agua y la creación de carreteras; “afortunadamente esta porción se conservó
debido a que se encuentra en el jardín de la fortaleza”.
El
arqueólogo añadió que falta por excavar 20 m de terreno sobre el jardín, y una vez
concluida esta labor se realizará el registro de las porciones que se han
liberado de la calzada colonial; asimismo, se consolidarán los muros y las
partes que lo requieran, además se retirarán
unas bases de concreto que se
colocaron hace tiempo para la gradería de luz y sonido de la fortaleza.
Hasta
el momento se desconoce en qué momento cayó en desuso o se tapó el sendero, “sin
embargo, su liberación resulta de gran importancia ya que aporta valiosos datos
históricos de la antigua arquitectura de Campeche, como los materiales y
características constructivas. Este tipo de hallazgos contribuyen a inferir un
poco más en el pasado de la región”, manifestó Ojeda Mas.
Cabe
señalar que con el avance de la excavación se ha incrementado la cantidad de
fragmentos de cerámica localizados, entre ellos las de tipo mayólica, rojo
colonial y barro vidriado de los siglos XVII al XIX; loza fina blanca nacional
y europea del siglo XIX, y restos de objetos de barro del siglo XX.
Una
vez concluido el rescate y consolidación de la calzada, se procederá a cubrirla
con una capa de tierra negra, para garantizar su conservación. Posteriormente, se
hará la propuesta de una segunda temporada de trabajo, quizá para el año
entrante, a fin de consolidar lo que haga falta y en el caso de que se opte por
dejarla a la vista pública, se requerirá la construcción de un mecanismo que
evite la acumulación de agua de lluvia, toda vez que un encharcamiento podría
dañar la estructura, concluyó Heber Ojeda Mas.
Imagen: INAH
12MAG 

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