CIUDAD DE MÉXICO, México, (N22/Boletín).-
Que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) haya recibido el documento Hacia una Agenda Nacional en Ciencia, Tecnología e Innovación y se haya interesado en él, es un hecho fundamental, ya que de no haber sido así, los jueces del país seríamos muy poco útiles a la sociedad, al no tener modelada la realidad que estamos tratando de normar, dijo en entrevista el ministro de la SCJN José Ramón Cossío Díaz.
“El documento -abundó- tiene valor en la medida en que hace un alto en el camino y realiza un diagnóstico. El mundo se ha movido de una forma diferente en los últimos años vinculándose más a la ciencia, la tecnología y la innovación. Hay experiencias mundiales muy buenas en ese sentido que están siendo exitosas.
El ministro Cossío Díaz, miembro de la Academia Mexicana de Ciencias, se expresó así luego que el pasado 4 de octubre, la SCJN a través del ministro presidente Juan Silva Meza, recibió del rector de la UNAM, José Narro Robles, el documento elaborado por 64 organizaciones representantes de los sectores académico, científico y empresarial, el cual plantea una propuesta para una política de Estado en ciencia, tecnología e innovación (CTI) para el periodo 2012-2018.
Consideró que el actual modelo de CTI en el país está agotado o a punto de agotarse: “Hemos estado viviendo de un diseño de los años 70, con el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y solo lo hemos estado ajustando en lo marginal”, apuntó.
En la SEP, agregó, no se han hecho mayores cambios, tenemos una Subsecretaría para estos efectos pero no más, y el Sistema Nacional de Investigadores (SNI) parece que se estabilizó.
Para Cossío Díaz si el modelo es estable desde hace varios años y no se logra despegar como país, indica que se está agotando.
“Existen varios organismos como el Consejo Consultivo de Ciencias de la República, que me parece que tampoco está incidiendo de manera importante y que la única variable nueva es la innovación, la cual se llevó a la Secretaría de Economía, habiéndola sacado del Conacyt y del propio ámbito académico. Estos son los temas que deberíamos estallar para una discusión”, dijo.
No es momento para crear una nueva Secretaría
Sobre la creación de una secretaría de Estado en CTI, como propone el documento, el ministro Cossío Díaz consideró que un Consejo bien organizado y con estatus podría salir adelante.
“A la secretaría no le encuentro mucho sentido. Se dice que crearla le daría a la ciencia y la tecnología mayor importancia; puede ser que sí o no, pero ese no es el punto. Más bien está en la forma de establecer estas instituciones, pues hay que generar líneas de mando muy claras, tener Consejos que funcionen y si van a ser Consejos de decisión hay que darles la plenitud de facultades para que decidan; si van a ser Consejos asesores, que lo sean.
“Me da la impresión a veces que estamos como a la mitad, ni acaban de ser asesores ni órganos de decisión, esta es la parte que habría que arreglar, tampoco creo que se necesite una ingeniería brutal para lograrlo”.
El ministro José Ramón Cossío, se pronunció a favor de un incremento para CTI del 1% del Producto de Interno Bruto (PIB), pero se manifestó a favor de la idea de que esta inversión sea gradual y no de golpe.
Y explicó: “Supongamos que mañana se cumpla el sueño y se aumente el 100%, o se va a gastar poco o se va a gastar mal. Se pueden presentar situaciones inadecuadas. Por eso me gustó la solución de ir arreglando las partes orgánicas, estableciendo los Centros (de investigación) e ir en un proceso de creación-gasto-creación; es decir, un círculo más virtuoso.
Nuevas relaciones entre ciencia y derecho
Sobre la relación entre los avances científicos y la elaboración de leyes, Cossío Díaz dijo que el modelo jurídico que nació después de la Ilustración fue uno en el que el gremio de los abogados era bastante autosuficiente, por la misma naturaleza de los hechos que regulaba.
“Creo que así como antes los jueces podíamos pensar un derecho que se abastecía con sus propias reglas, conocimientos y formalismos, hoy no da para eso. En la actualidad, el derecho no es autosuficiente, y necesita salir a buscar conocimientos para poder hacer sus operaciones normativas”.
Añadió que en la actualidad los jueces necesitan conocer conceptos nuevos. Citó como ejemplos la complejidad de los sistemas económicos en términos de competencia, patentes o marcas; los temas que involucran a la biología, que abarcan una gran cantidad de problemas y enfermedades, relacionadas con el ácido desoxirribonucleico; o temas de física, para entender qué es un espectro radioeléctrico, una banda, una frecuencia o una onda para poder regular las telecomunicaciones. “O los jueces y abogados salimos a este mundo de conocimientos, o no vamos a entender qué vamos a hacer”, dijo con franqueza.
Por ello, reconoció como un acierto que la CSJN haya establecido redes con la Academia Mexicana de Ciencias, la Universidad Nacional Autónoma de México, el Instituto Politécnico Nacional, la Universidad Autónoma Metropolitana y la Academia Nacional de Medicina para acercarse a ese conocimiento, porque la sociedad, a través de sus litigios, pregunta al cuerpo judicial qué se hace con todos estos nuevos conceptos.
“Por ello, esta propuesta que trajeron el doctor José Narro Robles y los demás miembros de la comunidad científica, encajan en estas actividades que desde hace algunos años estamos realizando en la SCJN”.
Sin embargo, Cossío Díaz precisó que el documento por sí mismo no genera soluciones, sino problemas y obliga a ir a más. Lo más interesante, dijo, es no pretender ahora que los jueces se conviertan en científicos. “Los jueces debemos estar concientes de saber cuáles son los límites de nuestro conocimiento o dónde empieza nuestra ignorancia, porque entonces uno se atreve a preguntar. “Este es un buen ejemplo de vinculación entre derecho y ciencia”.
Imagen:http://bit.ly/RTuM7T