«En duda los resultados de Séralini sobre daños por maíz transgénico»: Agustín López Munguía

Ciudad de México, México, 02/10/12, (N22).- Sobre el articulo de Eric Séralini y sus
colaboradores publicado recientemente en la revista  Food
and Chemical Toxicology
, en el que se muestran daños orgánicos y cáncer en
ratas alimentadas con una variedad de maíz transgénico, se ha creado una gran
polémica en nuestro país. 
Agustín López Munguía, investigador del Instituto de
Biotecnología de la Universidad Nacional Autónoma de México y miembro de la
Academia Mexicana de Ciencias (AMC), señaló que la mayor parte de las conclusiones
del estudio citado son muy cuestionables.
Una de las principales críticas -dijo López Munguía
en un texto que hizo llegar a la AMC- es que en el artículo no se proporcionan
datos claros sobre los controles empleados en los experimentos, las variaciones
que se tuvieron en los mismos y la falta de más controles. «En todos los
casos se usaron menos ratas para hacer los controles que para analizar los
tratamientos. No se muestra evidencia de diferencias significativas entre los
controles y los tratamientos».
Las ratas empleadas (Sprague-Dawley) con
frecuencia desarrollan tumores mamarios, aun en el caso de dietas ricas y
particularmente cuando se alimentan en exceso. ¿Es normal que estas ratas se
alimenten con maíz? ¿Cuánto maíz comieron? ¿Por qué no usar un control con una
dieta alterna?.
«Los autores no encuentran una relación entre ‘dosis’
y nivel de ‘daño’. Argumentan que la mínima dosis que emplearon ya era un
exceso (condición saturante). Cualquier revisión seria hubiera exigido
disminuir la dosis para probar el efecto dosis-respuesta. Las fotografías de
las ratas afectadas con tumores son impresionantes», añadió López Munguía. 

«En una
figura se muestran los tumores en las glándulas mamarias de las ratas
alimentadas con el organismo genéticamente modificado (OGM) y Roundup (un
herbicida cuyo principio activo es glifosato) pero ¿por qué no mostrar también
la fotografía de una rata control, habiendo más del 30% de ratas afectadas?
Equivale a decir: miren lo que le pasa a la que comió; pero sin mostrar los
tumores de las ratas que sólo comieron maíz. Estas fotografías son las que
recogió la prensa, por lo que el impacto mediático es muy negativo y no está
apegado fielmente a la realidad”, afirmó el científico mexicano.

Dado el extenso número de variables que afectan el
experimento, los autores utilizan un análisis estadístico complejo (estadística
no paramétrica) que sin duda es lo más apropiado. «Sin embargo, por la
misma complejidad, dicho análisis requiere de muestras considerablemente más
grandes de individuos que lo habitual. Sin embargo, utilizan muestras más
pequeñas de lo usual (solo 10 ratas de cada sexo, la mayor parte de las cuales
desarrolló tumores). Uno se pregunta: si en el control se murieron 3 de 10
ratas y en uno de los tratamientos 5 de 10 ¿es esto significativo?
«No hay un mensaje implícito de que también es
peligroso (aunque un poco menos) alimentarse con maíz no-OGM. Además, los OGM y
el Roundup sólo parece afectar a las ratas hembra y no a los machos, este
resultado es muy extraño y sorprendente. Tampoco se aportan datos sobre la
composición de la dieta, se podría incluso pensar que el maíz pudo haber estado
contaminado con aflatoxinas. ¿Se hizo alguna evaluación sobre la calidad del
maíz?», se preguntó .
«En general, disminuir el uso de agroquímicos
es una necesidad que siempre ha señalado el Comité de Biotecnología de la AMC,
y es incluso una línea de investigación en el desarrollo de OGM. Sin embargo
los autores seleccionaron una dosis de glifosato basada en la que se usa en el agua
de riego para eliminar la hierba cuando la planta aún no tiene semilla y se la
dan a beber a las ratas. Es imposible alcanzar esas dosis en el producto. El
estudio debería considerar cual es la dosis de glifosato que llega a tener el
maíz (cuantificándolo) y en experimentos adicionales, determinar ¿cuál es la
dosis letal media del glifosato? Una conclusión racional sería que se requiere
un estudio más amplio sobre los efectos tóxicos del glifosato.
«Pero el punto más cuestionable del trabajo es
que los autores concluyen que la modificación genética al maíz (la actividad de
una enzima o el efecto de su inserción en el genoma, produce los mismos efectos
tóxicos que un exceso del agroquímico Roundup). En el resumen señalaron: ‘Estos
resultados pueden explicarse por efecto de una disrupción endócrina no lineal
causada por el Roundup, y también por la sobre expresión del transgene en el
OGM y sus consecuencias metabólicas’. Cualquier investigador sospecharía
inmediatamente de la dificultad para dar una explicación racional a semejante
conclusión y generalización.
«En otro orden de consideraciones, por ya
mucho más de 10 años, millones de animales en la Unión Europea (por no señalar
a los Estados Unidos) han sido alimentados con soya resistente a herbicidas
producida fundamentalmente en Brasil y Argentina. ¿Cómo es posible que hasta
ahora no se haya producido ni reportado incidente epidemiológico alguno en toda
Europa por el consumo de maíz o de soya?
«La
manera en que la prensa ha tomado la noticia parece responder a la forma en la
que el artículo está escrito: hay una inmediata generalización a los OGM y su
daño en la salud. Tal generalización es absurda y debió ser criticada en la
revisión del artículo. ¿Por qué la inserción de un gen le causa la misma
toxicidad a una rata que beber un herbicida? Esta respuesta pudieron haberla
obtenido de un estudio con otra línea de ratas por ejemplo, o bien dedicarse a
detectar el efecto de la inserción en la expresión o silenciamiento de genes y
su efecto en el cambio en el perfil metabólico de la planta», concluyó el
investigador.
Imagen: http://xurl.es/3bkpk

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