Por Claudia González/CDMX
Ser alta, soberbia, perfecta, quisiera,
como una romana, para concordar
con las grandes olas, y las rocas muertas
y las anchas playas que ciñen el mar.
(Fragmento, Dolor, Alfonsina Storni)
Preámbulo del fatal final de Alfonsina y el mar. Las grandes mentes siempre combaten muchos demonios, es el caso de la poeta argentina de origen suizo Alfonsina Storni, ella luchó por tener un lugar en el mundo literario de su época con la fuerza de sus versos, versos desafiantes, combativos, sin miedo de dejar ver su feminismo en cada una de sus letras.
Fue escritora, dramaturga, docente y periodista; nació en 1892 en Suiza. Es considerada uno de los íconos de la literatura posmodernista.
A los cuatro años llegó con sus padres a Argentina, la situación económica de su familia era difícil, Alfonsina creció con carencias y desde muy temprana edad surgió su interés por la literatura, con los años su pasión por la lectura y el amor a las letras crecía a cada instante, lo que la llevó a escribir.
Con la muerte de sus padres tuvo que realizar cuanto trabajo se le presentaba, con el tiempo obtuvo el título de profesora en letras y teatro.
Hizo de todo, poesía, conferencias, notas para revistas literarias y populares, fue criticada en su época por el modo de encarnar una subjetividad femenina moderna, bohemia y descarada.
En 1912, se establece en Buenos Aires, en ese momento colaboraba en la revista Caras y revista Caretas, tenía 6 meses de embarazo de su primer y único hijo.
A los 19 años tuvo a Alejandro Alfonso, siendo maestra soltera, supo afrontar su situación con mucho coraje y valentía, se abrió camino enfrentándose a una sociedad mojigata.
Mujer apasionada, Storni conocía el incipiente movimiento por la emancipación de la mujer que luchaba por la igualdad de derechos entre hombres y mujeres, en 1919, en La Revista del Mundo de LA NACION, publicó un extenso ensayo en el que presentaba y analizaba la historia del feminismo argentino.
Muchas veces manifestó su opinión sobre los derechos y las condiciones culturales de opresión de las mujeres.
En el verano de 1935, Alfonsina descubrió que tenía cáncer de mama, ese mismo año fue sometida a una mastectomía, dejándole secuelas físicas, pero sobre todo anímicas, está situación la llevó a aislarse del mundo.
Storni fue una luchadora para visibilizar las enfermedades mentales, padecía depresión, una enfermedad que la acompañó prácticamente toda su vida.
En la madrugada del 25 de octubre de 1938, Alfonsina se dirigió a la playa y se internó en el mar. Su cuerpo sin vida apareció a la mañana siguiente en la playa.
Solo dejó una nota escrita con tinta roja que finaliza así:
“… Adiós, no me olviden. No puedo escribir más, Alfonsina”.
Alfonsina Storni es un símbolo para la liberación femenina, en su poesía habla por la mujer que no se atrevió a hablar, mujeres con las que compartía y comparte aún hoy sufrimientos.