Los mamíferos formaron un anillo protector a su alrededor cuando el tiburón había comenzado a acercarse
Paola Sánchez / Ciudad de México
El hecho de nadar con delfines es toda una experiencia espectacular, y aquellos que han podido vivir esa experiencia, deben haberse sentido muy especiales.
Sin duda muy pocos podrán contar que una manada de delfines los protegieron de un posible ataque de tiburón.
Esto es lo que vivió el nadador profesional Adam Walker, quien estaba nadando en la costa de Nueva Zelanda para poder cumplir uno de sus deseos de su lista.
Este desafío consistía en nadar 16 millas y poder cruzar nadando el Estrecho de Cook.
Al momento en el que entró al agua, una manada de delfines pronto se acercó a él y comenzaron a nadar a su par.
Todo parecía bastante tranquilo y pensó estar viviendo una experiencia bastante hermosa, hasta que se percató que un gran tiburón blanco estaba a solo unos pies de distancia.
“Miré hacia abajo y vi a un tiburón a unos metros debajo de mí”, mencionó Adam en su canal de YouTube.
“Trate de no entrar en pánico ya que tengo un objetivo para cruzar a nado con éxito”, recordó.
A pesar de esto, él jamás se imaginó que los delfines lo ayudarían en un momento tan complicado, pues como mecanismo de defensa, estos mamíferos formaron un anillo protector a su alrededor cuando el tiburón había comenzado a acercarse.
Permanecer juntos en manada es lo que los delfines hacen para defenderse entre sí de los posibles ataques de tiburones, estas valientes criaturas a menudo acosan al depredador y lo ahuyentan.
Que los delfines lo hayan hecho para defender a Adam es otro tema, pero lo que sí es cierto es que lograron espantar al tiburón.
“No puedo decir si los delfines vinieron en mi ayuda como una manada, ya que no pueden hablarme, sin embargo, puedo decir que después de unos minutos, el tiburón desapareció y los delfines se quedaron conmigo durante otros 50 minutos, lo cual fue una experiencia increíble”, dijo Adam.
A pesar de que ya le habían dicho que no se encuentran tiburones tan cerca de la costa, fue una gran sorpresa la que se llevó el nadador, aunque Adam ya había vivido estas experiencias tan cercanas con este animal en Hawái y en el canal de Tsugaru en Japón, el consejo que dio el nadador es no entrar en pánico.