Nicolás Moreno (1923-2012) fue uno de los pintores que participaron con su obra en la creación del Museo Nacional de Antropología (1963-1964) —convocados por el arquitecto Pedro Ramírez Vázquez—, donde plasmó tres murales que hoy forman parte de las piezas de arte plástico más importantes que resguarda; en memoria de su legado, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta) le hizo un homenaje póstumo que sirvió de marco para la inauguración de una exposición compuesta por 27 de sus pinturas, entre las que destaca el último paisaje que plasmó.
La evocación del pintor se efectuó en el vestíbulo de la Sala Otopames del Museo Nacional de Antropología (MNA), justo donde se encuentran dos de las obras que Moreno dejó en este recinto.
Recordó que Nicolás Moreno retrataba diversos paisajes del país, desde las inmensas tierras de cultivo y los cerros, hasta las selvas, bosque y ríos; en el Museo Nacional de Antropología dejó tres obras muy importantes que dan cuenta de esa pasión por plasmar la naturaleza de México: Valle de Teotihuacan en la prehistoria, que se exhibe en la Sala Teotihuacan; Paisaje de Juchitepec y Vista del Valle de Mezquital, en la Sala Otopames.
En su intervención Carlos Pellicer López, sobrino del poeta tabasqueño Carlos Pellicer, platicó las aventuras que pasaron juntos su tío y Moreno, durantes los viajes que realizaron por el mundo para conocer el arte de otros pueblos como el español, griego y romano.
Dijo que “Moreno supo que la cosecha se da como la tierra y el clima decidan, por eso estaba al servicio del paisaje, ajeno a las modas y sus dictados; pintó lo que entraba por sus ojos y brotaba por sus manos, su trabajo siempre fue puro en el sentido amplio y claro de la palabra; solo le importaba ser fiel a su modelo, como si recibiera órdenes superiores del viento, las montañas o de las milpas.
Pellicer López resaltó que la fidelidad de este pintor a la naturaleza es solo comparable a la del buen agricultor, “con esa sabia paciencia, con esa apasionada entrega Nicolás terminó volviéndose un árbol más en el huerto, en la llanura o en la serranía”.
En tanto que la hija del paisajista, Alicia Moreno y su esposo Gonzalo Yáñez, recordaron que Nicolás Moreno fue nieto de un arriero quien con sus cuentos e historias de valles y montañas sembró en el pintor un amor por la naturaleza y sus colores.
En el marco del homenaje fue abierta al público una exposición integrada por 27 obras: 26 paisajes plasmados por Nicolás Moreno en diversas épocas de su carrera plástica, desde los años 60 hasta 2011; y un óleo pintado por una de sus alumnas, en el que se observa la imagen del paisajista.
Alicia Moreno, curadora de la muestra, detalló que dentro de la obra que se exhibe en el MNA destacan encáusticas que el pintor realizó al final de su vida, una técnica que disfrutaba mucho, pero que le implicaba un gran esfuerzo porque se trabaja con cera y espátula.
Asimismo, sobresalen las pinturas hechas en 2011, que son poco conocidas por el público; se trata de algunos de los últimos cuadros plasmados por Moreno, que comparten el espacio de exhibición con otros paisajes ya acreditados. Lo importante, dijo Alicia Moreno, “es continuar con la difusión de la obra de mi padre, que integra una colección de aproximadamente 300 pinturas de diversas técnicas, además de dibujos y gráfica”.
Museo de Antropología recibe donación de huipiles
Con motivo del homenaje, la familia Moreno donó al MNA tres huipiles que el pintor adquirió en los años 40 durante sus viajes por el país: uno mixteco, otro amuzgo, de Xochistlahuaca, Guerrero, y otro triqui, de San Andrés Chicahuastla, Oaxaca.
Alicia Moreno explicó que esta indumentaria la compraba su padre para regalarla a su esposa, quien la portaba en los bailes que organizaba la Academia de San Carlos.
Los tres huipiles también estarán en exhibición, junto con las 27 pinturas, hasta el 21 de julio en el vestíbulo de la Sala de Otopames, al lado de los murales de Nicolás Moreno, posteriormente pasarán a formar parte de los acervos etnográficos del MNA.
El Museo Nacional de Antropología se ubica en Reforma y Gandhi, Bosque de Chapultepec, DF. Horario: martes a domingo, de 9:00 a 17:00 horas. Costo: 57 pesos. Entrada gratis a niños menores de 13 años, estudiantes y maestros con credencial vigente; adultos mayores de 60 años, jubilados y pensionados. Los domingos la entrada es libre para el público nacional y extranjeros residentes en México (con identificación vigente, IFE o FM correspondiente).
Imagen: http://bit.ly/MLVoaj
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