Dos décadas de trabajo en las que se cruzan ciencia, narración, ficción, artes visuales y la historia precolonial mexicana
Redacción/Ciudad de México
La palabra amarantus, que da nombre a la exposición, proviene del griego Αμάρανθοςy designa a una flor que nunca muere —como la del amaranto, que nunca se marchita—. Esto se puede leer en la información sobre la exposición Amarantus de la mexicana Mariana Castillo Deball (1975) que el Museo Universitario Arte Contemporáneo hace en su página web. Es por ello que la flor de amaranto representa la persistencia de esos “objetos incómodos” que Castillo Deball hace evidentes en sus recorridos y aproximaciones históricas y que nos siguen hablando en el presente.
Deball hace una «aproximación caleidoscópica a diversos intereses, su producción se inserta en los intersticios entre la arqueología, las ciencias, la narración, la ficción y las artes visuales». Esta muestra presenta la primera revisión en México de su obra que en los últimos veinte años «ha conformado un vasto cuerpo de trabajo que se relaciona con las maneras en que la historia precolonial mexicana ha sido apropiada e investigada.»
La exposición presenta colaboraciones importantes de la artista, como la que llevó a cabo con la investigadora Tatiana Falcón, así como la realizada con la organización Cooperación Comunitaria. Y se podrá ver en las salas 4, 5 y 6 del MUAC hasta el 1 de mayo del 2022.
Imagen de portada tomada de la página del MUAC