CIUDAD DE MÉXICO, México, 22/11/12, (UNAM/N22).- La educación es la vía para salir del subdesarrollo, dijo el rector de la UNAM, José Narro Robles. Ante ello, el trabajo de las universidades públicas constituye uno de los mejores antídotos contra la desigualdad social.
En América Latina, añadió, no podemos permitir que dos de cada tres jóvenes vivan en situación de fragilidad social, porque están ocupados en actividades precarias, desempleados, o no estudian ni trabajan. Actualmente, uno de cada dos integrantes de este segmento poblacional se ocupa en la economía informal y su ingreso es inferior al de aquellos que laboran en condiciones formales, planteó.
A nivel regional se puede impulsar una gran Carretera Latinoamericana e Iberoamericana del Conocimiento para que alumnos y académicos vayan de una institución a otra, de una nación a otra, para que el proceso del saber se enriquezca en beneficio de todos, propuso.
Poco después de un encuentro con Víctor Pérez Vera, rector de la Universidad de Chile, Narro Robles ofreció la conferencia La universidad pública: antídoto de la desigualdad y medio de integración latinoamericana, en el marco del Seminario Universidades Estatales: Encrucijadas y Debates del Siglo XXI.
No debemos permitir que las instituciones públicas sufran los prejuicios derivados de modelos de desarrollo regidos, de manera fundamental, por el culto al mercado y los valores pragmáticos, y donde el valor de las personas depende, principalmente, del éxito alcanzado por la acumulación de bienes y capital.
En el salón de honor del centro de estudios chileno, el rector de la Universidad Nacional expuso que “tenemos que desechar un modelo que tiene un doble resorte: la generación de riqueza concentrada en unos cuantos y la extensión de la pobreza que afecta a millones”.
Tampoco podemos aceptar que la lógica del mercado limite el crecimiento de las universidades públicas, mientras proliferan las que tienen afanes de lucro, pese a que muchas no cuenten con la calidad necesaria para desarrollar correctamente su tarea.
Menos, puntualizó, podemos aceptar que la lógica del mercado tienda a descalificar a las disciplinas académicas consideradas de baja utilidad productiva, como las humanidades, las artes y las ciencias sociales.
Si hoy América Latina pierde la oportunidad que le ofrece el llamado bono demográfico integrado por 106 millones de jóvenes, en dos decenios se convertirá en pagaré poblacional, advirtió.
Las universidades públicas, contrastó, han sido y continúan como la columna vertebral del sistema de instrucción superior. La baja cobertura en este nivel no es un problema de los centros educativos, sino que debe ser resuelto por el Estado. También, es imprescindible aumentar y fortalecer los estudios de posgrado, en particular, los del doctorado.
De lo contrario, depender de lo que procede del extranjero, es condenarnos a ser una región maquiladora, a sacrificar soberanía y a hipotecar el futuro de nuestras sociedades. Por ello, se requiere un adecuado financiamiento para la educación superior.
Por su parte, Ángel Gabilondo, ex rector de la Universidad Autónoma de Madrid y ex ministro de Educación de España, vía videoconferencia, aludió al cuestionamiento al que hoy se ve sujeto el modelo económico “cortoplacista y depredador en nuestras sociedades”.
La economía debe responder a demandas sociales, lo mismo que las universidades. Sin educación y cultura no podemos hacer frente a los desafíos; estos elementos no constituyen un camino, sino el único. Tenemos que lograr la compatibilidad económica con la social, asentó.
En tanto, Pérez Vera evocó la contribución de las instituciones de educación superior públicas a las sociedades latinoamericanas. Es momento de recordarlo, especialmente en este 170 aniversario de la Universidad de Chile, apuntó.
Posteriormente, el rector Narro Robles asistió a la ceremonia alusiva a la conmemoración, en la que presenció una rogativa mapuche y en la que se entregaron distinciones a premios nacionales y la medalla Andrés Bello, a nueve senadores chilenos.
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