Sus cintas han explorado la naturaleza humana, lo entrañable, la cara más dura y los abismos, convirtiendo su trabajo en una de las obras más destacables de la cinematografía internacional
Redacción / Ciudad de México
El controvertido director falleció en un hospital de Letonia a consecuencia de complicaciones por covid-19. La familia confirmó la muerte a medios surcoreanos, así como Vitaly Mansky, director del festival de cine Artdocfest de Letonia.
De acuerdo a lo publicado por el diario The Guardian, la muerte de Kim Ki-duk fue confirmada indirectamente por el Ministerio de Relaciones Exteriores en Seúl, que dijo que «un hombre surcoreano de unos 50 años murió mientras era tratado por COVID-19 en un hospital en Letonia durante las primeras horas del 11 de diciembre, hora local».
Kim Ki-duk fue galardonado con el León de Oro en la edición 69 del Festival Internacional de Cine de Venecia por Pieta; obtuvo el León de Plata al Mejor Director en la edición 61 del mismo festival por 3-Hierro. Obtuvo también el Oso de Plata al Mejor Director en la edición 54 del Festival Internacional de Cine de Berlín por Samaria y ganó el premio Un Certain Regard en el Festival de Cine de Cannes 2011.
Aunque ha sido uno de los autores más relevantes de la filmografía surcoreana, pero también fue acusado por violación y por acoso al final de su carrera.
En palabras de Luis Martínez que escribe en El Mundo, su cine frontal emerge «construido desde la conciencia aislada de personajes únicos y marginales».