El mundo fascinante de la cultura, en donde interaccionamos y nos damos cuenta que, de alguna suerte, podemos vernos como una especie de cerebro colectivo
Ciudad de México (N22/José Meléndez).- Hace 161 años se publicó el libro El origen de las especies de Charles Darwin, obra trascendente que ha modificado de manera radical el pensamiento científico. Al paso de los años, esta nueva manera de hacer y de concebir la ciencia ha ocasionado importantes avances en todos los campos del conocimiento, es así que surge la denominación exo cerebro que explica una parte de la comunicación que emana del órgano encargado del habla, de la inteligencia, de la conciencia del ser humano y ese órgano es el cerebro. Platicamos con José Gordon, escritor, divulgador de la ciencia y conductor del programa La Oveja Eléctrica que se transmite por Canal 22 sobre el tema y esto es lo que nos comentó al respecto.
¿Cómo podemos definir el término exo cerebro?
Este es un término que plantea el antropólogo Roger Bartra, que justamente nos señala que el cerebro no está delimitado en la caja craneana que nosotros pensamos que es ahí donde ocurre donde todo lo que llamamos mente, lo que llamamos percepción consciente, sino que realmente hay una conexión, no tan solo entre las neuronas de nuestro cerebro, sino con las neuronas de otros cerebros, que constituyen la posibilidad simbólica del lenguaje y de la cultura. Y desde este marco, entonces, ese mundo externo, del lenguaje, de símbolos, no representa más que la parte más externa de nuestro cerebro. Cuando estamos haciendo sinapsis con nuestras neuronas, no nada más ocurre este proceso dentro de nuestro cerebro, sino que nuestras neuronas están tocando delicadamente a otras neuronas y eso es lo que se constituye como el exo cerebro, el mundo fascinante de la cultura, en donde interaccionamos y nos damos cuenta que, de alguna suerte podemos vernos en términos colectivos, no tan solos como cerebros individuales, sino como una especie de cerebro colectivo.
Decía el físico Peter Rosen, que situáramos un electroencefalograma del cerebro global, conforme ha ido evolucionando, de acuerdo a los avances de la ciencia y de la tecnología, y nos daríamos cuenta que la actividad de comunicación que se da entre estos impulsos, ha ido creciendo exponencialmente. Y esto es muy claro cuando vemos por ejemplo que podemos ahora tener contacto a través de internet, a través de televisión. Si tomamos ahora un electroencefalograma de ese pulso, de información que está fluyendo entre cerebros, estaríamos dándonos cuenta de que efectivamente se está dando una comunicación muy compleja y que a veces tiene ritmos que son muy interesantes, ritmos que yo creo que todavía no hemos estudiado del todo.
Me acuerdo que, en alguna ocasión, alguien se preguntaba, qué es lo que pasaba cuando, por ejemplo, estábamos en una fiesta, y estábamos más de cien personas en esa fiesta, y de repente se crean como una especie de silencios, como si estuvieran pautados, y de una manera que dices: pero cómo, ¿todo era un barullo? Y de repente un silencio. Ese ritmo y ese pulso, en donde nos movemos colectivamente. Pienso que es uno de los grandes retos para ser estudiados hoy en día.
El exo cerebro, ¿tienen alguna relación con el libro El Origen de las Especies de Charles Darwin?
Lo que pasa es que forma parte de nuestro proceso evolutivo y adaptativo, y esta comunicación, como lo planteaba Darwin, claramente que hay dos formas fundamentales en las que sobrevivimos: una es la sobrevivencia del más apto, el que verdaderamente tengamos una capacidad competitiva para enfrentar los retos que vivimos como especies. Pero algo que a veces se olvida y es que Darwin también enfatizó que se necesitaba la cooperación, que para que se diera la sobrevivencia, y la evolución, necesitamos también de las estrategias de cooperación, y en estas estrategias de cooperación, es justamente en donde se enmarcan todos estos procesos de comunicación tan fascinantes que implican también a nuestra propia biología, es decir, estamos hablando de que son impulsos que están ahí, reconocibles, estudiables en el cerebro, en nuestra fisiología, en nuestro cuerpo pero que tienen efectos en el entorno y en el conjunto de sistemas nerviosos que llamamos sociedad.
Recuerdo muy bien que Pablo Rudomín, premio nacional de ciencias en México, alguna vez se preguntaba precisamente al hablar del cerebro si cuando analizamos el cerebro estamos hablando de que, la sociedad, no es más que un conjunto de sistemas nerviosos visto de una manera reduccionista, pero, que si tuviéramos el entendimiento de los mecanismos que reducen la entropía o el desorden en un sistema nervioso, tal vez estaríamos encontrando también los mecanismos para reducir entropía o desorden en la sociedad en el conjunto de sistemas nerviosos.
Yo te puedo decir que, uno de los estudios más importantes que se da en esta área, tiene que ver precisamente con el comportamiento colectivo de las hormigas, en donde, de repente, nos damos cuenta de que hay patrones, ritmos y formulaciones que tienen las hormigas para auto organizarse. Y entonces resulta que las hormigas nos han descubierto algo que podríamos llamar la anarquía inteligente, porque tienen patrones que de comunicación, por medio de los cuales, por ejemplo, si quieren encontrar el forraje para alimentarse, resulta que, las hormigas van tomando pautas a través de frotarse las antenas o dejar algunos químicos en el camino, para que puedan reconocerlo las otras hormigas, y de esta manera van jugando una especie algoritmos, que son la serie de pasos que se tienen que dar para llegar a un objetivo.
Una receta de concina es un algoritmo, para ser claros, pero digamos que en este caso, entonces se plantean una serie de pasos, con las que, sin ponerse de acuerdo, con una autoridad central, se van turnando la estafeta, pero la serie de pasos es tan inteligente que llega al objetivo de encontrar el forraje o alimento de una manera muy interesante.
La doctora Devora Gordon —que no es pariente mía— de la Universidad de Stanford, al haber estado haciendo este estudio de las hormigas, se tomó el trabajo de colorearlas, imagínate lo que quiere decir ponerse a colorear una tras otra para hacer simulaciones en las computadoras y ver, precisamente estas rutas que toman las hormigas.
Y lo que descubrió es que estas rutas, cuando las comparamos internet, que internet también tienes una estructura de información descentralizada, justamente va jugando con patrones, algoritmos que son similares a los de internet. Y esto es muy interesante porque estamos hablando también de un sistema descentralizado, una anarquía inteligente que toma pasos y ritmos de auto organización, que precisamente permiten los algoritmos más adecuados. Y cuando vio esto, con mucho sentido del humor, planteó que, tú sabes que en inglés, hormigas se dice ant, por lo tanto, las hormigas inventaron el anternet, desde muchos miles de años antes que nosotros tuviéramos el internet. 00:09:12
Pero entonces creo que en el sentido de lo que pasa con los seres humanos, es muy interesante esta organización, esta auto organización que se va dando precisamente a través del lenguaje, el exo cerebro que denominaría Roger Bartra, pero que, fascinantemente también Yuval Harari, este gran historiador, nos plantea que este gran cambio de organización biológica y social, que se da en el ser humano, ocurre hace 70 mil años con una revolución cognitiva en donde pasamos a ser homo sapiens. Y ¿Por qué? porque encontramos la posibilidad de los lenguajes simbólicos para comunicarnos e intercambiar información. Esta revolución cognitiva es fundamental.
Creo, que hoy en día como nunca, necesitamos dos brazos importantes para mejorar nuestra auto organización, nuestra anarquía inteligente y que tiene que ver con el musculo de la inteligencia colectiva. Y esos dos brazos son por un lado, el lado de la ciencia y del conocimiento, que no del cientificismo, sino del conocimiento, el conocimiento y el pensamiento crítico que nos permite precisamente enfrentar las crisis que vivimos, como la que actualmente estamos padeciendo. Y por otro lado, el brazo del arte y de la imaginación, al final del día, creo que podemos definirnos, si hablamos de que homo sapiens tiene que ver con revolución cognitiva y lenguaje, entonces somos también monos imaginantes y esta imaginación no tiene que llevarnos forzosamente a lo que se conoce como noticias falsas, sino a la comunicación de nuestra subjetividad y la manera profunda de compartir los mundos internos de manera bella, armoniosa, que nos permiten, de alguna manera desarrollar empatía. Porque esta es una clave, también fundamental para la cooperación. El pensamiento, la inteligencia y la creatividad, pero si no hay empatía no vamos a lograr nada. Y entonces, creo que el gran reto que tenemos hoy en el silgo XXI y sobre todo saliendo de esta pandemia, es las crisis que vamos a tener enfrente, que implican una organización y una auto organización como nunca hemos visto.
El exo cerebro ¿es una teoría? ¿Cómo es aceptada en la comunidad científica?
Es un término que está realmente interesando y fascinando a mucho investigadores porque creo que está aludiendo justamente a ese mundo de la cultura, de los símbolos, de las ficciones, de las narraciones que tenemos, que es real. Lo que no podemos negar es que el mundo de la imaginación es real, que el mundo del lenguaje tiene su propia realidad, no es el de la realidad de la materia, pero si es la realidad de un conjunto de neuronas que cuando se comunican entre sí, crean estos lenguajes si se comunican con otras neuronas que también comparten estos lenguajes. Entonces, creo yo que el reto el día de hoy es el de la inteligencia colectiva. Yo simplemente pongo un ejemplo que me parece importante; ¿qué hubiera pasado si Einstein a principios del siglo XX, en vez de escribirse con cartas con otro gran físico, como Niels Bohr e intercambiar puntos de vista, hubiera podido conectarse a través de zoom o de Skype, la circulación de ideas sería otra cosa. Esa circulación de ideas es la que tiene que ver con el exo cerebro, lo que estamos haciendo en zoom es exo cerebro, nuestras ideas están fluyendo de un lado al otro.
Y sobre todo información valiosa, información útil, información que nos permite transformar nuestros entornos, romper desigualdades, romper este tipo de problemas que tenemos, en donde hay tanta injusticia, porque no estamos realmente aprovechando el potencial que tenemos, justamente en nuestros cerebros.
Y para finalizar quiero nada más dejarte una pincelada, que creo que, lo plantea todo. Detrás de mi estás viendo una imagen en donde se ven en el fondo galaxias. Hay galaxias que tienen más de cien mil millones de estrellas y cuando se estima cuántas neuronas tenemos en el cerebro, podemos plantear con facilidad, hay estimaciones que nos dicen que tenemos cian mil millones de neuronas. Esto es como tener una galaxia en el cerebro. Entonces, no tan sólo tenemos una galaxia en el cerebro, sino que al compartir información, estamos poniendo en contacto la creatividad de las diferentes galaxias de cerebros que son los seres humanos que nos rodean. Entonces, ahí hay una riqueza infinita, en una riqueza impresionante porque, la inteligencia y la creatividad que se da en ese cerebro, nos da matemáticas que no se agotan. Entonces quiere decir que lo que tenemos que poner en movimiento, son esos procesos de comunicación entre cerebros, de circulación de ideas, de circulación de imaginación, que como plantea Yuval Harari, podría, tal vez, llevarnos construir nuevas agendas para el siglo XXI. Este es uno de los grandes retos.