En estos días que se lleva a cabo el FICM 2020, pensamos en todo aquello que está implicado en la creación de una cinta, parte de eso es el sonido, el paisaje sonoro que también cuenta la historia
Ciudad de México (N22/Ana León).- Dice Aurora Ojeda, quien es una sonidista experimentada, que un buen diseño de sonido cubre todas las experiencias en las que se vive la cinta fuera de las salas de cine, esto pensando en todas las formas en las que vemos películas hoy día. Si está bien hecho, todo lo que está ahí debe funcionar cuando vas de lo grande a lo chiquito. Pero, ¿qué hay detrás de todo ese escaparate de “ruidos” con los que también se narra la historia además de la imagen? Porque la imagen está ahí, frente a nosotros, ocupando una sola pared, pero el sonido viaja por la sala, está sí, saliendo de la pantalla, pero está también en los laterales, incluso en el techo. ¿De qué se trata todo esto que nos envuelve y que juega una parte tan importante en la construcción de una historia?
«Para que haya un diseño de sonido tiene que haber una comunión de la imagen, la historia y el sonido, y eso tiene que ver con la cabeza también del que dirige y todos los que trabajan en este departamento ser también realizadores.
»Y también dentro del sonido hay varios departamentos, pero digamos que el diseño es una cosa que engloba todo lo que se escucha», me cuenta Aurora Ojeda diseñadora de audio y sonidista, a quien nos acercamos para conocer más sobre este aspecto en la creación de películas en México.
Entonces, si engloba todo lo que se escucha, ¿qué elementos forman parte del sonido de una película y cuál es la diferencia entre cada uno de ellos?
La banda sonora cinematográfica se compone de varios elementos, pero solemos agruparlos en cinco elementos: el sonido directo, que es el sonido que nosotros grabamos en el momento del rodaje. Dentro del lenguaje sonoro lo más importante del sonido directo es que el sonido sea correspondiente al plano y al espacio que estamos tratando de retratar y de audiovisualizar. La tarea es encuadrar el sonido a lo que estamos viendo y ésta es la columna vertebral de nuestra banda sonora. Y cuando hablo de columna vertebral también hablo de la bocina del centro de la pantalla.
Pero también están los ambientes, la atmósfera de la película, como bien me explica Aurora, que van de escena en escena. Están también los foleys o incidentales, que son ruidos que generan los personajes dentro del la pantalla como los pasos, cuando se toman objetos, el ruido de los golpes… Estos sonidos dotan de personalidad a los personajes. Pero hay más….
Después vamos a hablar de los efectos, los efectos también son ruidos, digamos, pero estos ruidos normalmente tiene una función dramática dentro de la banda sonora. Nosotros cuando ponemos un efecto estamos queriendo decirle algo al espectador.
Bueno, la música, hay dos tipos de música en una banda sonora, una es la que escuchan los personajes y nosotros somos cómplices de eso, y otra es la que nos pone el director a nosotros los espectadores para generar un determinado mood… o un estado determinado.
El sonido y su aporte en la construcción de la narración de la historia.
Lo visual es algo a lo que estamos totalmente acostumbrados; sin embargo, con el sonido nosotros podemos trabajar cosas que no necesariamente estamos viendo. Y podemos manejar emociones y podemos manejar todo. Los diseñadores de sonido lo que hacemos es armar una banda de “ruidos” con diferentes elementos para nada más tener la atención del espectador siguiendo la historia.
Si el sonido juega en tanto, y ocupa más paredes, por decirlo de alguna forma, más allá de la pantalla … ¿Cuál es la importancia que se le da al sonido en las producciones cinematográficas mexicanas?
Ha estado cambiando la situación, me enorgullezco de que los directores jóvenes son más abiertos al tema del sonido y los productores jóvenes también.
Los presupuestos están mal, las condiciones en las locaciones están mal, pero digamos que yo sí veo una luz en el fondo del camino con estos chicos que estamos sacando a la calle. Estoy muy contenta porque hubo muchos, varios nominados para el Ariel de este año, que son alumnos míos, eso me da mucha alegría.
Imagen de portada: Escuela Nacional de Artes Cinematográficas, UNAM