La directora del FICM comenta los proyectos nominados y señala: «Yo siempre digo que cada cortometraje es el sueño de alguien […] de un equipo de trabajo»
Ciudad de México (N22/Julio López).- La duración de una película no determina su calidad ni su valor artístico. Los quince cortometrajes que este año aspiran al Ariel en las tres diferentes secciones competitivas destacan por su calidad técnica y artística.
En la categoría de documental resaltan el nombre de Everardo González, que compite con Un abrazo de tres minutos que muestra el breve reencuentro de familias separadas por las leyes migratorias, y el de Juan Carlos Rulfo que participa con Lorena la de los pies ligeros, la historia de una atleta mexicana de alto rendimiento que contra todo pronóstico conquista ultra maratones en todo el mundo. Ambos trabajos producidos por Netflix.
A la lista se suma El valiente solo ve la muerte una vez, de Diego Enrique Osorno, un filme construido con material de archivo. También encontramos Abrir la tierra, de Alejandro Zuno, que aborda el tema de la desaparición forzada en México. La quinteta Cierra con La bruja de Texcoco de Alejandro Paredes y Cecilia Villaverde, un trabajo que sorprende y maravilla.
«A través del cortometraje conoces todo un mosaico de lo que es México, conoces todo tipo de temas de propuestas de miradas de puntos de vista de estilos», señala Daniela Michel, directora del FICM.
En categoría de ficción predominan los personajes femeninos. Después de triunfar en el mundo de la animación la directora Sofia Carrillo incursiona en la ficción con La Bruja del fósforo paseante, un trabajo cargado de realismo mágico.
También participa 5:03 am, de Abril Schmucler que muestra el impacto de las redes sociales en la vida de una adolescente. Una canción para María, de Omar Dened Juárez, cuenta la historia de un padre que huye con su hija del crimen organizado. Las desaparecidas de Astrid Domínguez Ortega, que aborda el tema de los feminicidios en el Estado México.
Esta categoría cierra con Encuentro, de Iván Löwenberg, que muestra un final inesperado para una larga relación de pareja entre dos mujeres.
«He visto una transformación impresionante en el cortometraje, para empezar, existen apoyos muy importantes que antes no existían, ahora es muchísimo más económico filmar un cortometraje, casi que cualquier persona lo puede hacer con su teléfono, la temática por ejemplo de la diversidad era como un tabú en los años noventa y ahora para nada es un tema muy recurrente.»
En la categoría de animación encontramos técnicas y trabajos muy diferentes. Ana Portilla despliega todo su conocimiento sobre stop motion en Adelina; Nuria Menchaca aborda el tema de la desaparición forzada con Dalia sigue aquí; Raúl Morales encandila al espectador con El tigre sin rayas; Rita Basulto construye Eclosión a través de la animación tradicional; y Antonio Coello nos muestra La creación del mundo desde una visión muy particular.
«Yo siempre digo que cada cortometraje es el sueño de alguien y por más que sea un corto pequeño, breve, con poco presupuesto, es el sueño de una persona de un equipo de trabajo.»
Imagen de portada: La bruja del fósforo paseante