El director da un giro de 180 grados a su cinematografía y se aventura con una película coral con tintes de comedia
Ciudad de México (N22/Julio López).- Aún no se sabe cuándo ni en qué condiciones, pero Amores modernos del director Matías Meyer, será una de las primeras películas mexicanas que llegarán a la cartelera comercial. Con este trabajo el director da un giro de 180 grados en su filmografía que se caracteriza por mostrar historias lineales, construidas con tomas largas y contemplativas; además, casi siempre sólo tiene un protagonista.
«Justamente en las películas anteriores era darle la libertad al espectador de divagar en su propia cabeza con las imágenes que estaba viendo, con los paisajes, tiempos largos que, de pronto, uno tiene que llenar como espectador», señala el cineasta.
Amores modernos es todo lo contrario, es una película coral, situada en la ciudad, de ritmo ágil y en la que después de mucho tiempo el director se aventura a trabajar con actores profesionales. Ludwika Paleta, Ilse Salas, Leonardo Ortizgris y Andrés Almeida conforman el elenco.
«Él trabajó un guión que, de alguna manera, es complejo porque sí son muchos personajes», comenta Andrés Almeida, «varios que ya no llegaron al corte final, pero había más historias que se entrelazaban y fue interesante; también muy inteligentemente él hizo mucho trabajo de mesa con todos, no solo conmigo.»
El filme narra el encuentro de una familia que hace años que no se ve y ahora se reúne porque uno de sus integrantes ha muerto. Este hecho pondrá en perspectiva la vida de cada uno de los protagonistas. Si bien la premisa no es nueva, la historia se cuenta de manera ágil y entretenida. Destaca la fotografía y las actuaciones. La música apenas se siente pues aparece en el momento justo. Este drama con tintes de comedia se siente orgánico y sin pretensiones de ningún tipo.