El guion original de esta cinta que consagró y hundió a su director, Julio Bracho, fue restaurado por la Filmoteca y ahora está al alcance de cualquiera que se interese en este trabajo
Ciudad de México (N22/Julio López).- La Filmoteca de la UNAM resguarda y protege verdaderos tesoros del cine nacional, uno de ellos es el guion original de la película La sombra del caudillo, de Julio Bracho, cuya historia de cómo llegó a la filmoteca es digna de ser plasmada en un libro o en una película.
La sombra del caudillo fue una de las obras cumbre del director Julio Bracho —basada en la novela homónima de Martín Luis Guzmán— pero que, al mismo tiempo, sepultó su carrera. Después de ganar en el festival Karlovy Vary, la película fue censurada durante treinta años.
«Mi papá murió prácticamente en la pobreza porque desde que hizo La sombra del caudillo nadie le volvió a dar trabajo, bola negra, este director que era de los más importantes en una época del cine mexicano, de pronto sus amigos no le contestaban el teléfono, era un apestado por haber hecho esa película, imagínate», señala la actriz Diana Bracho. «Cuando el murió, murió muy pobre, pero su biblioteca, que era una maravilla, fue mi herencia. Yo era la más orgullosa porque desde los tres años que me enseñó a leer, fui habitante de esa biblioteca.»
Tiempo después de la muerte del director su biblioteca sufrió un terrible incendio y sólo se rescataron unos cuantos objetos, entre ellos el guion original de la cinta.
«Ese lugar era la vida de mi padre. Ahí tenía todos sus documentos, tenía guiones que no había filmado, tenía poesía que había escrito y que no se había publicado, tenía una serie de cartas que nos escribimos cuando yo vivía en Nueva York, archivadas perfectamente, fotos de familia además de un acervo de libros fantástico. […] Los bomberos ya habían llegado y lo que no acabó el fuego, lo acabó el agua. Logré rescatar húmedo ese guión, por fortuna no se quemó el texto, las orillas quemadas, y saqué eso como un gran regalo de la vida, del rescate de mi padre.»
Fue un duro golpe para la familia y especialmente para la actriz. Esta experiencia de vida la plasmó en un texto titulado «Mar de cenizas» que forma parte del libro La mirada y el asombro. Voces de quince lectores coordinado por Avelino Sordo Vilchis
«Ese día asumí la muerte de mi padre y ese día entendí que me había regalado algo más que jamás se podría destruir: el amor por el conocimiento.»
Del gran tesoro sólo quedaba este guion que la actriz no dudo en donar a la Filmoteca de la UNAM.
«Yo pensé: el lugar ideal para este tesoro es la Filmoteca de la UNAM, no hay otro. Y ahora lo que viene después es que la Filmoteca se ha encargado de una restauración del guion impresionante. Este guion al que tiene acceso cualquier persona que lo quiera ver ya está ahí restaurado perfecto, precioso.»
La Filmoteca de la UNAM celebra hoy 60 años de historia.