- “Por lo tanto, tasar con impuesto a un concierto de la Sinfónica Nacional, un ciclo de jazz en el centro de las artes o un festival como el propio Cervantino en Guanajuato pues, diríamos coloquialmente, es como meterse un balazo en el pie”
Poca comprensión de los mecanismos de producción de las industrias culturales que afectarán su cadena productiva y desalentarán la creación, es el argumento que Eduardo Cruz Vázquez destacó durante su participación en el debate “Sustentabilidad y rentabilidad socioeconómica en las organizaciones culturales”. El periodista cuestionó el gravamen de 16% a los espectáculos públicos, incluido en la reforma hacendaria, que repercute directamente en los creadores.
“Por otro lado, en la iniciativa de la nueva Ley del Impuesto Sobre la Renta, desaparece totalmente en la exención autoral. Veníamos conservando un margen mínimo de extinción desde el año 2003, si mal no recuerdo, siendo secretario de hacienda Francisco Gil Díaz y la presidencia de Vicente Fox determinaron tasar el derecho de autor, que hasta entonces era libre de gravamen. Sin embargo, en ese tiempo se diseñó el IETU y, por un lado, evitábamos hasta cierto monto el impuesto sobre la renta, pero no así en IETU”, puntualizó Cruz Vázquez, coordinador del Grupo de Reflexión sobre Economía y Cultura-UAM.
El debate fue organizado por la asociación civil Reinventa. Incubadora de ideas. Víctor Ugalde, presidente de la Asociación Mexicana de Directores, aseguró que “el sector de las industrias culturales es uno de los más dinámicos en este momento en nuestro país y en el mundo de la economía”.
De acuerdo con los participantes en el debate, en algunos casos el gravamen se trasladará al público. El impacto de esta iniciativa, opinan, podría hacerse sentir más notoriamente al interior del país.
Cruz Vázquez comentó que la iniciativa incluye la posibilidad de que los gobiernos de los estados y municipales puedan grabar hasta con un 8% de impuesto también a los espectáculos públicos. “Esto resulta un poco ambiguo porque no sabemos cuáles son los criterios que finalmente empleará cada una de estas instancias para decidir a qué sí y a qué no. Pero evidentemente tiene una repercusión nacional”.
“Lo que llama la atención de esta iniciativa es que, considerando que un país como el nuestro tiene una fuerte intervención del estado, una buena cantidad de sus espectaculares públicos son generados por el propio gobierno en cualquiera de sus tres niveles. Por lo tanto, tasar con impuesto a un concierto de la Sinfónica Nacional, un ciclo de jazz en el centro de las artes o un festival como el propio Cervantino en Guanajuato pues, diríamos coloquialmente, es como meterse un balazo en el pie”, finalizó el coordinador.