«Sí, estaba interesado en explorar el tema de los animales porque los humanos somos una especie extraordinariamente solipsista, somos una especie obsesionada con sí misma», aseguró el autor de La vida de Pi quien se encuentra en San Miguel de Allende
Por Víctor Gaspar
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El escritor canadiense Yann Martel en 2001 no se imaginaba que posteriormente sería un éxito de taquilla bajo la dirección de Ang Lee al llevar al cine su libro La vida de Pi. Hoy se encuentra en el Festival de Escritores de San Miguel de Allende. Noticias 22 tuvo la oportunidad de charlar con él.
«Sí, tuve la fortuna desde niño y de joven de viajar mucho, incluido México, viví un año en el DF en 85-86. Eso me nutrió y aunque no soy un escritor de viajes, pero sin duda todas las civilizaciones que he visto me han incendiado la imaginación», aseguró Martel.
¿Esperas que el libro sea un recordatorio de la espiritualidad?
«Mi perfil no es espiritual, de hecho es muy secular. Soy de Québec, una provincia muy secular y crecí en una casa en la que se reemplazó a la religión con el arte. Para entender el mundo leíamos a Hemingway, a Juan Rulfo, a Cervantes, o escuchábamos música o íbamos a museos. Así entendíamos la vida y era una buena manera de crecer. Finalmente comencé a viajar y enYann Martel alguna ocasión terminé en India, por esas fechas estaba un poco harto de ser racional. En Occidente es muy importante ser racional, te confiere poder. Pero la razón por sí misma no te lleva a ningún lado. Entonces fui a India, un país donde la espiritualidad se hace evidente, todas las religiones del mundo están presentes en India».
¿En qué medida La vida de Pi tiene elementos biográficos y experiencias personales? ¿Cuánto de ficción hay?
«Es mayormente una ficción, pero la ficción es siempre un espejo. Todo libro es en cierta medida la autobiografía del autor, entonces si escribí sobre animales y religión es porque estaba interesado en ello en esa época. En ese sentido es una autobiografía intelectual, no precisamente biográfica. Obviamente no soy hindú, no practico tres religiones ni nunca he naufragado en el mar. Todo eso son invenciones que hablan de mi interés en la vida».
¿Es entonces una mitología animal?
«Sí, estaba interesado en explorar el tema de los animales porque los humanos somos una especie extraordinariamente solipsista, somos una especie obsesionada con sí misma. México es un país cálido, un país tropical, donde vemos otras especies. Ahora mismo estoy viendo un pájaro y acabo de ver una mariposa por allá. Pero en Canadá, por ejemplo, pasan día enteros en los que lo único que vemos es a nuestra propia especie. Cuando estuve en India, me percaté de cuántos animales había: monos, elefantes, y no sólo en las calles sino en el hinduismo, el hinduismo tiene muchos animales. Ganesha, uno de sus dioses, tiene la cabeza de un elefante; Jánuman es un mono. Cada dios tiene una faceta animal y Shiva tiene un toro como transporte y por primera vez en mi vida dejé de ver a los animales como mascotas o productos alimenticios, y comencé a verlos como entes en sí mismos con los que comparto este planeta. Me interesé así en los animales y en las religiones, como ya mencionaba, y todo se mezcló, animales y religiones se mezclaron en mi mente de una manera extraña».
¿Qué opinión tiene de nuestra relación con la ficción en Occidente? ¿Es diferente en Oriente?
«Sí, diría que en Occidente, -y advierto que estoy generalizando pero después matizaré-, en Occidente tendemos a ser muy racionales porque la racionalidad nos confiere poder. Si se es racional, se puede dirigir un negocio muy bien, puedes hacer dinero, puedes acceder a una gran comodidad material; no está mal. Ser racional no es un fin en si mismo, es un medio para alcanzar un objetivo. Creo que en Occidente hemos perdido la noción de esto, nos hemos vuelto tan racionales que hemos olvidado que hay algo más allá de la racionalidad. En Oriente, insisto en que estoy generalizando, también hay racionalidad.
«Sin embargo, están aún muy conscientes que existen límites pasta la racionalidad. Eso resulta muy embriagante para un occidental. Diría entonces, generalizando, que en Occidente somos muy racionales y en Oriente continúan estando en contacto con algo más, es agradable ver que todo se mezcla»…
Imagen http://bit.ly/1m5XPFd
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