La Sociedad Anónima de Reproducción Autogestiva intenta romper con la idea de que la impresión en máquina Riso es cara y poco accesible
Ciudad de México (N22/Perla Velázquez).- A finales del 2018, el equipo fundador de la Sociedad Anónima de Reproducción Autogestiva (S.A.R.A) cumplió una de sus metas: comprar una máquina Riso para poder romper varios mitos que se han construido alrededor de ella. El primero: tener impresiones de calidad y demostrar que con una Riso no es caro reproducir el trabajo de los artistas.
Al frente de S.A.R.A están dos hermanos: Lucía y Rodrigo Alarcón, ambos complementan el trabajo del otro. “Yo llevo toda la cuestión administrativa y el diseño lo hace él, pero sabemos que si no salimos a ofrecer nuestro trabajo no hay manera de que nos conozcan. Entonces nos complementamos perfecto”, dice Lucía, quien también lo incentivó para dudar del término “bonito” y de esta manera no juzgar el trabajo artístico de quien quiera ser parte de la sociedad.
Sobre el inicio de este equipo, como ser parte de él, cómo funciona una Riso y lo que significa la autogestión en estos tiempos fue que platicamos con ellos.
¿Cuál fue el propósito de comprar una Riso y empezar a trabajar como una Sociedad Anónima?
La cuestión de la Sociedad es para decir: somos todos los que quieran publicarse. No es que solo seamos mi hermana y yo, más bien todos somos S.A.R.A, no importa el nombre o el título que tengamos, queremos reproducir el trabajo de muchos y todo bajo un argumento autogestivo, para que cualquiera llegue y nos diga: “tengo 500 pesos, ¿qué puedo imprimir?”
De esa manera, ya estás autopublicándote. Así que, todos somos parte de esa sociedad. No es que seamos un grupo o una mesa redonda, si no que la sociedad anónima la vemos como toda la demás gente que puede venir e imprimir.
También está la cuestión de que cualquier sello editorial, tiene su edición y su curaduría. Una elección de cosas que a veces deja fuera a proyectos súper interesantes. ¿Qué tal que nosotros publicamos a todos los artistas que las editoriales rechazan? Queremos que la sociedad signifique colectividad y que alguien pueda decir: -quién te hizo esto, está bien chido. -Ah, pues S.A.R.A y que la gente responda: -¿en dónde está el taller?, y que no sea bajo una línea, una curaduría o una sola etiqueta.
Se ha dicho en varias ocasiones que la impresión en estas máquinas es cara, ¿por qué decidieron imprimir en una máquina de estas?
Porque en realidad es económico. De hecho, los anuncios de las Riso dicen: “si vas a imprimir más de 50 copias, Riso es la elección”. Puedes imprimir de entre 50 y mil copias, es la máquina que debes de tener, porque la tinta es super barata y puedes duplicar páginas super rápido, va en contra de cualquier otra impresora. Riso es una máquina rotativa, así que si es más barato que todas. La gente por eso la usa para flyers y para pósters en la calle, porque es económica y rápida.
Es bien raro ver que en México se le haya dado un sentido de uso para imprimir en cantidades pequeñas, entiendo la cuestión “artística”, “coleccionable”, porque si hay pocos los puedes encarecer. Así que a mí me parecía que para hacer publicaciones en gran escala ésta era la opción.
El contexto que mencionas es porque las editoriales publican en grandes cantidades. Por otro lado, están las casas que editan artesanalmente. Pero la dinámica que ustedes tienen es el contrario a las dos. Desde este punto, ¿qué significa ser autogestivo y así darles oportunidad a otros artistas?
La autogestión a veces se piensa que es de una sola persona y no es cierto, hay muchas otras autogestiones, el chiste es crecer como una cooperativa. A veces, cuando las editoriales artesanales imprimen libros, muchos de ellos se les quedan en cajas porque no se distribuyen de la manera correcta. Nosotros buscamos esa línea también para distribuir los trabajos.
Además, el tener una Riso hace que imprimas rápido. Ese es el santo grial de la cuestión autogestiva: tener una máquina que en 20 minutos puedas empezar a hacer tu publicación. Así que vean a este taller como un espacio para que cualquiera pueda venir a imprimir. La línea en futuro es que seamos una imprenta.
Le queremos dar cabida a la gente que tiene menos voz o que está en la oscuridad, porque hay gente que le gusta lo underground y así trabajan, es una manera de operar, no es que sean marginados por el mundo artístico. Pero muchas veces han llegado con las editoriales y han visto que es “caro” imprimir o se quedan en lista de espera y dependiendo de lo “bonito” que sea su trabajo es que los escogen.
Aquí no juzgamos por lo que haces, para muchos puede parecer feo tu trabajo y no es así, porque ¿quién soy yo para juzgarte? Todo tiene un mercado.
La proyección más grande y el ideal para S.A.R.A es que cada estado tenga una Riso y que publiquen a sus artistas de la zona y la colaboración pueda hablarles a todas ellas para incentivar los proyectos artísticos. La cuestión es acercarnos a ellos, hacer la mancuerna para que crezca. Queremos romper con la visión súper voraz de “yo me llevo todo”. Esa ha sido la línea.
Para generar esta red es que están trabajando Surtido, la primera exposición colectiva, ¿cuéntenme de qué va?
En Surtido reunimos a 50 personas, a la mitad de ellos los ubico a los otros no, porque son los amigos, de los amigos. Para esta primera no sacamos una convocatoria. La exposición será el 23 y 24 de febrero en la Galería White Cremnitz y ahí se presentará el trabajo de los artistas. La gente podrá escoger las piezas que quiera, cada una costará 50 pesos.
Todas las piezas tienen un común denominador: les dije que en la Riso podían imprimir sus trabajos a cuatro tintas.
Lo que buscaremos entre todos es romper con ese otro camino del circuito de arte que está muy viciado, porque siempre se presentan los mismos artistas. Además, hay todo un camino que deben de seguir los artistas cuando quieren vender sus piezas. Yo pensé que esos modelos de negocio son obsoletos.
Este es el primer Surtido habrá más y los queremos llevar a lugares en la periferia de la ciudad, como los FARO(s), para demostrarle a la gente que el arte puede ser accesible para todos.
Todas las imágenes: © Ireli Vázquez