Un hecho que abre la posibilidad de que el Estado reconozca violaciones a derechos humanos y que se ejerzan prácticas de reparación de daño; en junio de 2019 todos los documentos que estén en un archivo histórico serán de acceso público
Ciudad de México (N22/Huemanzin Rodríguez).- A principios de febrero de 2018, varios especialistas de la UNAM, a través del Centro Cultural Universitario Tlatelolco, en colaboración con las autoridades del Archivo General de la Nación (AGN), comenzaron un trabajo de revisión de archivos y documentos vinculados al Movimiento Estudiantil de 1968 para que fueran “liberados” a la opinión pública. En esta acción histórica a 50 años de la matanza de estudiantes en Tlatelolco las preguntas son: ¿Qué se liberó? ¿Por qué? ¿Cómo podrá consultarse? Conversamos sobre este tema con Mercedes de la Vega, actual directora del AGN.
“Es un trabajo que hicimos todo el tiempo de la mano con la UNAM. Una vez que reunimos una cantidad muy importante de documentos que están en alrededor de 19 mil fojas, el AGN decidió también, junto con la UNAM, presentar una solicitud al Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) para que al amparo del Artículo 30, fracción 2ª, de la Ley Federal de Archivos, se declarara que los documentos que se habían seleccionados eran de interés público a pesar de que contienen datos personales que se consideran sensibles.”
“El argumento central”, señala Vega, “fue presentarle al INAI la necesidad de que se declararan ‘documentos con valor histórico’, por lo tanto de acceso público, pese a que tienen datos personales sensibles. Es decir: filiación política, filiación ideológica, huellas digitales, fotografías, estado de salud, ingesta de alguna sustancia de carácter tóxico, en fin. Todos estos elementos que se consideran datos personales sensibles, podemos difundirlos porque el interés público es mayor que la reserva de estos datos. Estos documentos fueron seleccionados para su difusión porque tienen una particular relevancia para conocer las causas, el desarrollo y los efectos del Movimiento Estudiantil.”
¿Qué es lo que queda revelado en estos documentos?
Algo que resulta fundamental aquí es reconocer que en estos documentos se registran violaciones a los Derechos Humanos. Hay desapariciones, hay tortura, hay desaparición forzada. Y en algunos casos estas violaciones no han sido todavía debidamente documentadas y el Estado tiene todavía que reparar el daño a las víctimas. Hay personas que siguen buscando a sus familiares desaparecidos. Esto significa la posibilidad de que el Estado Mexicano reconozca esta violación de derechos y que se ejerzan prácticas de reparación de daño a las víctimas.
Por otro lado, nos permite un acercamiento más profundo y más directo a los hechos, es decir, ¿qué fue lo que realmente ocurrió en este movimiento?, ¿quiénes fueron los actores principales? También algunos de los actores que, si bien no eran protagonistas del movimiento, no eran miembros del Consejo Nacional de Huelga, apoyaban al movimiento y también sufrieron represión. Estos documentos nos permiten tener una mayor certeza para reconstruir ese episodio de nuestra historia. Conocer de manera más profunda las causas que dieron origen al movimiento, el desarrollo del mismo y las consecuencias que tuvo en los procesos de democratización que hubo en México después del Movimiento Estudiantil de 1968. Y también reconocer otros movimientos sociales anteriores al 68 que incidieron en las demandas de los estudiantes.
¿Esta decisión del INAI cambia la forma de acercarse a los documentos que resguarda el AGN?
Esto marca un punto de inflexión en términos de la apertura de los documentos que se resguardan en los archivos históricos del AGN y que contienen datos personales. Se privilegió el interés público por encima de la protección de datos personales porque en estos documentos se refleja la actuación de las personas que participaron en el movimiento. En términos de la entrada en vigor de la Ley General de Archivos el próximo año, concretamente el 15 de junio del 2019, todos los documentos que estén en un archivo histórico serán de acceso público. Esto obligará a determinar una serie de acciones para poder abrir esos documentos, que no se han abierto por la Ley de datos personales.
¿Esto cambia las dinámicas al interior del AGN?
Desde luego. Significa un cambio en el procesamiento de la información que tenemos porque esta información ahora deberá abrirse al público. No obstante, de acuerdo con las atribuciones que tiene el INAI, tendremos forzosamente que caminar de la mano del INAI para que estos documentos se abran como lo hicimos en esta ocasión, significa un parteaguas en la forma en que se han tratado este tipo de documentos que tienen datos personales sensibles, pero que al mismo tiempo tienen valor histórico.
¿Qué define a un archivo histórico?
Un valor para entender un proceso. Que puede ser el proceso de construcción de una presa, o el proceso de elaboración de una ley, o el proceso de impartición de justicia, o de ofrecer a la ciudadanía servicios de salud. Es decir, en los archivos queda registrada la acción del gobierno. Queda documentado lo que hace.
No todo lo que genera el gobierno en términos de documentos tiene valor histórico. Entonces, ¿qué es lo que define el valor histórico de la información que produce el gobierno? En particular aquello que refleja la actividad sustantiva de una dependencia del Estado o una dependencia de gobierno.
¿Cuál es la importancia del trabajo ciudadano de cara a la entrada en vigor, en 2019, de la Ley General de Archivos?
El ciudadano debe exigir al Estado la preservación de los documentos que el mismo Estado produce. El Estado es el principal productor de información. Tenemos en un descuido tremendo muchos de nuestros archivos porque no hemos tenido la capacidad de reconocer que ahí está el registro de lo que somos, de los que hemos sido. Y en esos archivos, en esos documentos, está la definición de lo que nos hace ser mexicanos. Es lo que nos define como pueblo. En estos documentos que tenemos en el AGN o en otros archivos municipales o estatales, está el reflejo de lo que hemos desarrollado como mexicanos, gobierno y sociedad.
¿Cómo lograr comunicar con un público no especializado la información que surge del estudio de estos archivos?
Podríamos decir que una actividad esencial del AGN es el ejercicio de comunicación con los ciudadanos. Si el AGN no se logra comunicar con los distintos públicos que se acercan a los archivos, no se estaría cumpliendo con su función. ¿Cómo lo hacemos? A través de la generación de instrumentos de consulta, es decir de guías para que los investigadores puedan tener acceso a los documentos. Lo hacemos ahora a través de redes sociales para que cualquier tipo de ciudadano, tenga o no cualquier tipo de especialidad en algún campo del conocimiento, sepa qué es lo que resguardan los archivos. ¿Qué es lo que resguardan los archivos? Ese es otro tipo de comunicación. También debemos propiciar que fondos que no se han consultado jamás lleguen los investigadores a encontrar nuevas vetas de investigación, para ello tenemos que decirles qué es lo que pueden encontrar en todos estos documentos que son auténticas minas de oro.
Hay otro ejercicio de comunicación que debemos propiciar, y es que el ciudadano cobre conciencia de que, así como hay un patrimonio arqueológico, un patrimonio artístico, hay también un patrimonio documental que lamentablemente es el más desconocido, el menos valorado.
¿Cómo podrán consultarse los archivos referentes al Movimiento Estudiantil de 1968 recientemente liberados?
En este momento la UNAM está en el desarrollo de una plataforma digital para que cualquier persona en cualquier parte del mundo pueda acceder a ellos. Está en operación en este mes de octubre.