Joy Laville, colores, migración y un alma misteriosa

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Rowe destacó el papel de México como segundo hogar de su madre y lo que para ella significó el traslado

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Imagen: Pascual Borzelli

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Ciudad de México (N22/ Redacción). – Hace 62 años una mujer nacida en Inglaterra llegó en tren a San Miguel Allende, Guanajuato, con un niño de cinco años de la mano, buscando continuar sus estudios de arte. México sería su hogar por el resto de su vida.

Con esta imagen, Joy Laville fue recordada por su hijo, Trevor Rowe, en un homenaje realizado en el Palacio de Bellas Artes a unos meses de su deceso. “La narrativa que le ofreció México a mi mamá dejó de ser cósmica y en cambio fue marcado por una trayectoria de enriquecimiento personal, emocional y artística. México le dio la bienvenida y más importante la oportunidad de florecer artísticamente e incorporar la belleza física de un país en su obra como tema constante”.

Lidia Camacho, directora general del INBA, recordó que la obra de Laville estuvo llena de profunda sensibilidad, y que, por más de 60 años, abrió las puertas de su universo interior. “Un mundo habitado por la tranquilidad, por sus playas, sus cielos, sus montañas, por delicadas flores y desnudos que transparentan el alma siempre misteriosa”.

Salomon Gimberg, coleccionista y conocedor de la obra de la pintora nacida en la Isla de Wight, rememoró su primer encuentro con una pieza de Joy Laville. “Entre más conocí a Joy y a su pintura, me di cuenta de que a menudo se preguntaba por qué la vida no cambia, por qué duele, qué es la soledad”.  Y destacó el influjo que tuvo en sus lienzos el escritor Jorge Ibargüengoitia.

“Después de conocer a Jorge Ibargüengoitia, la obra de Joy Laville cambió. Este cambio no fue radical sino paulatino. El color empezó aclararse y ocasionalmente un hombre apareció en aquellos reducidos interiores ahora ampliados. Paredes enteras fueron desapareciendo para abrirse hacia paisajes cada vez mayores”.

Rowe destacó el papel de México como segundo hogar de su madre y lo que para ella significó el traslado. “En estos días con la cuestión tan polémica de la migración, la historia de mi mamá, quien eventualmente adoptó la ciudadanía mexicana, brilla con la simplicidad, apertura e inocencia de otra época, que demuestran un concepto diferente de recibir al extranjero, un concepto que lamentablemente ha perdido valor diariamente a través del mundo”.

Durante el homenaje póstumo, se anunció la publicación de un libro de Jorge F. Hernández, con conversaciones con Joy Laville y el cual será presentado a principios del mes de septiembre.

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