“El gato, el tiempo y la otredad”, el espejo de Cortázar en el teatro

–     
Traté de enfocarme en tres puntos
que este cronopio, Cortázar, retoma que son el tiempo, la imaginación y el ser
un idiota. El tiempo está constantemente en su obra, él era amante de los
gatos, entonces me gusta mucho retomar esa parte del juego con los gatos, y esa otredad que hay muchísimo en su literatura.

–     
¿En algún momento pensaste en otra obra como Rayuela del mismo Julio?

–     
Sí, de hecho la obra está
compuesta, se llama El gato, el tiempo y
la otredad, pero está compuesta de varias escenas donde agarro fragmentos
de Rayuela, “Hay que saber ser idiotas
para…”, por supuesto de la historia de Cronopios
y famas, unas cartas de Alejandra Pizarnik antes de suicidarse, y a todo
esto yo le llamo “La Rayuela de la interdisciplinar”.

–   Podemos apreciar las obras del Gran Cronopio, ¿Para ti la
imaginación es parte de todo esto?

–     
Claro que sí. Yo lo que hago es
leer, en este caso trato de leer a Cortázar, trato de empaparme de su
literatura y después trato de empaparme de su biografía, para que precisamente
me mande imágenes. Cada quien tiene la connotación de lo que uno quiere cuando
está leyendo, entonces depende del estado de ánimo de la persona. En ese
momento puede ser el libro de tu vida o no lo puede ser.
Lo que me pasó con Cortázar es que lo llevé a un mundo como a él le gustaba, de
jugar, de ser un idiota, de ser un Cronopio. También traté de tener el mundo de
Cortázar de un lado, el mundo de Diana Rayón del otro, y hacer un plasma. Es
algo muy rico

–     
¿Crees que la obra de ficción del escritor nos permita
trasladarnos a nuestro propio mundo? Con una gran sonrisa Diana respondió:

–     
Mucha gente sale diciendo; “yo
soy Cronopio, yo soy fama, yo soy un idiota”. Mucho de ellos se identifican con
el perseguidor, por ejemplo, o con la fobia que tenía Julio con el bestiario,
por eso lo escribe como le dice la psicóloga.

–     
¿En quién te inspiraste para dirigir esta obra?

–     
En mí, porque me dicen mucho La
Maga.

–     
¿Por qué La Maga?

–     
Porque hago muchos trucos de
magia, porque la gente me dice que hago magia en escena y por esa razón me
empezaron a decir bruja, maga, entonces me gusto más maga que por supuesto que
bruja.
Primero fue por una inspiración mía, después parte de la beca que tengo por
Jóvenes Creadores que se acaba este mes, ya es el cierre.
Además de mi inspiración también es fomentar la lectura a través de las artes
escénicas en un país que tiene muy pocos lectores y se me hace muy importante
llevar la literatura a las artes escénicas, que son más visuales y que tal vez
el público al ver algo de literatura en escena se quede con ganas de leer algo.

–     
¿Cuánto tiempo más va a estar tu obra en escena?

–     
Estoy nada más hoy, el cierre es
el 17 y el siguiente miércoles vamos a cerrar la celebración que empezó el 27,
un día después del centenario de Cortázar.
Lo vamos a cerrar con invitados de honor, van a estar tres personas que invité
para que al final den sus opiniones. Un poeta que es Manuel Becerra que ha ganado
dos veces el Premio Nacional de Poesía, Rocío Barraza que es promotora,
investigadora y maestra de la danza, a Francisco Méndez que es un director de
teatro muy reconocido.

   

Ese día va a ser un agasajo, cerramos en el D.F y el 24 cerramos
en Puebla en el encuentro de Jóvenes
creadores. Se acaba esa parte de la beca y luego una temporada muy larga en
un teatro más apropiado.

–     
¿Tu obra está completamente abierta para todas las edades?