«La dictadura perfecta» es un bien logrado filme que denuncia

Por Verónica
Lugo @bretanicsgirl
Ciudad de México, 24/ 10/14, (N22).- La dictadura perfecta cuenta con el escenario ideal. La
más reciente película de Luis Estrada está compuesta por un candidato a la
presidencia completamente ignorante y corrupto hasta los huesos, cosa que lo
convierte en el postulante perfecto de una televisora, igualmente corrupta y además
manipuladora, que busca gobernar a sus anchas y disponer, de la misma manera, quién
será el próximo presidente de la Republica, valiéndose de una audiencia
perfectamente «estúpida» que recurre a su programación, sin importar que ésta repita
infinidad de veces la misma fórmula, para conformar la opinión pública, tanto en
redes sociales, como en reuniones de toda índole.
La dictadura perfecta es un retrato fílmico sobre el
panorama sociopolítico actual. La
dictadura perfecta
no cuenta con un guión tan bien estructurado como el de la Ley de Herodes o El infierno, no, en esta película no hubo necesidad de romperse la
cabeza para desarrollarlo. En esta cinta todo quiso ser extraído de la realidad.
Los personajes no están trabajados, están parodiados. El soborno al personaje
que encarna Damián Alcazar es similar al expuesto en televisión, es René
Bejarano; el caso de las gemelas se convierte, por todas las similitudes, en el
de la niña Paulette que desapareció misteriosamente y, de la misma manera, fue
hallada muerta al lado de su colchón; el montaje televisivo del rescate de las niñas es
el mismo que en el proceso de Florence Cassez; el personaje del reportero es, a
todas luces, la caricatura de Carlos Loret de Mola y al igual que éste, todos
los personajes son retomados de personas reales que todo mexicano, ya sea el que
tiene el hábito de informarse constantemente o no, lo sabe, y es precisamente
todo esto lo que hace espléndido a este largometraje, pues más que una película,
es una denuncia.
Algo que hace único el cine de Estrada es la manera en cómo
están realizadas sus películas, la manera juguetona con la que provoca la
audiencia adecuando el lenguaje a los convencionalismos más simples, para que no
quepan dudas sobre nada; haciendo que su denuncia sea comprensible en todos los
niveles del entendimiento, sin necesidad de sacrificar, en lo absoluto, la
profundidad de su mensaje. 
El recurso a la sátira es certero y contundente,
porque el humor negro es parte de nuestra cultura y sabemos reírnos, mejor que nadie, de nuestra desgracia, pues como bien decía el poeta mexicano Juan de Dios Peza: aquí
aprendemos a reír con lágrimas en los ojos y a llorar a carcajadas
.
Otra cualidad admirable en esta cinta, tomando en cuenta el
panorama poco positivo hacia quienes se atreven a denunciar las fallas del
sistema político mexicano, es la valentía con la que Luis Estrada ejerce su derecho
a la libertad de expresión, tomando en cuenta el poder de las organizaciones criminales que se encuentran en el país.
Hasta ahora La
dictadura perfecta
es el segundo estreno más taquillero del cine mexicano y
a poco menos de una semana de exhibición ha recaudado cerca de 55 millones 589
mil pesos.
14MAG 

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