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Radios y gramófonos que integran la colección de Armando Pous se exhiben en esta muestra en la Fonoteca Nacional
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Ciudad de México (N22/Mario Velázquez).- Antes del advenimiento de la televisión como centro de los hogares, su lugar era ocupado por el radio. La Fonoteca Nacional invita al público a explorar esa época a través de la exposición Memoria de otro tiempo sonoro que reúne parte de la colección de radios y gramófonos del melómano y coleccionista, Armando Pous.
“Recuerdo que había un mueble muy grande en mi casa paterna, y a mí me gustaba mucho prenderlo y oír estaciones. Mi abuela vivía en el centro y recorríamos La Lagunilla y veía aparatos antiguos que me gustaban mucho. Luego, yo estudie en la preparatoria siete, y me escapaba a los bazares a buscar no sólo radios, sino cosas viejas. Primero empecé con música, los discos, pero cuanto más conocía radios antiguos, me interesaba más cómo transmitían”, relata Pous en entrevista con la Agencia N22.
En Memoria de otro tiempo sonoro se puede apreciar la evolución no solo tecnológica, sino estética; desde los gabinetes de madera hasta los transistores portátiles: “los primeros radios eran cajitas de cartón o de madera con tres perillas y cuatro tornillos. A partir del 26 que se inventa el bulbo, empiezan los aparatos mixtos, que tienen galena y bulbo, después aparecen los de metal, pero ya a finales del 28 aparecen los de madera y ahí sí ya es un lujo el tipo de madera, el color, la forma. Algo curioso es que conocemos pocos diseñadores de radios, se pierden en el anonimato”, detalla Pous.
Memoria de otro tiempo sonoro puede visitarse en la Fonoteca Nacional, la entrada es libre.
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