- “Más
que una época y una sociedad, construyo la historia de una pandilla de niños
que de alguna manera detestaba a sus padres por condenarlos a la felicidad y fue
una de las épocas de mayor libertad”.
que una época y una sociedad, construyo la historia de una pandilla de niños
que de alguna manera detestaba a sus padres por condenarlos a la felicidad y fue
una de las épocas de mayor libertad”.
Por Alberto Aranda
Ciudad
de México, 03/02/17 (N22).- “Toda autobiografía es una inversión. Descreo
absolutamente de la autobiografía porque a final de cuentas es un relato
literario también. Mis amigos existieron, existieron por supuesto. Qué imagen y
qué recuerdo tengo de ellos. Esa es una cuestión subjetiva y muy personal”,
dijo el escritor Guillermo Fadanelli.
de México, 03/02/17 (N22).- “Toda autobiografía es una inversión. Descreo
absolutamente de la autobiografía porque a final de cuentas es un relato
literario también. Mis amigos existieron, existieron por supuesto. Qué imagen y
qué recuerdo tengo de ellos. Esa es una cuestión subjetiva y muy personal”,
dijo el escritor Guillermo Fadanelli.
Un
regreso a su infancia, a su vida de adolescente en la zona de Cuemanco, de la
Ciudad de México es lo que nos ofrece Guillermo Fadanelli sobre su libro Al final del periférico.
regreso a su infancia, a su vida de adolescente en la zona de Cuemanco, de la
Ciudad de México es lo que nos ofrece Guillermo Fadanelli sobre su libro Al final del periférico.
“Más
que una época y una sociedad, construyo la historia de una pandilla de niños
que de alguna manera detestaba a sus padres por condenarlos a la felicidad y fue
una de las épocas de mayor libertad en mi vida, porque uno va limitando su
libertad cuando más compromisos va adquiriendo. Y también es un ajuste de
cuentas con mi propia imaginación. ¿Qué niño fui en ese entonces? Invento a un
Willi, así me decían, me veo a mí mismo y me reinvento y construyo un mito de
lo que fui. No quise hacer un retrato social. Dibujé una atmósfera que imperaba
en esos años, al final del periférico”.
que una época y una sociedad, construyo la historia de una pandilla de niños
que de alguna manera detestaba a sus padres por condenarlos a la felicidad y fue
una de las épocas de mayor libertad en mi vida, porque uno va limitando su
libertad cuando más compromisos va adquiriendo. Y también es un ajuste de
cuentas con mi propia imaginación. ¿Qué niño fui en ese entonces? Invento a un
Willi, así me decían, me veo a mí mismo y me reinvento y construyo un mito de
lo que fui. No quise hacer un retrato social. Dibujé una atmósfera que imperaba
en esos años, al final del periférico”.
Al final del periférico,
publicado por Random House, es un regreso a los años setenta, pero también el
despertar de un grupo de jóvenes.
publicado por Random House, es un regreso a los años setenta, pero también el
despertar de un grupo de jóvenes.
“Si
bien he dicho que la biografía es una especie de mito o mentira, todo parte de
la experiencia y esos niños que fuimos mirábamos a las niñas, a las
adolescentes como lo otro, como lo misterioso. Estábamos aterrados siempre ante
su presencia. Las niñas nos comenzaban a despertar pasiones, porque
significaban el misterio, un misterio que hasta ahora siendo un viejo, no lo he
develado. Para mí el mundo femenino continúa siendo un misterio y un
laberinto”.
bien he dicho que la biografía es una especie de mito o mentira, todo parte de
la experiencia y esos niños que fuimos mirábamos a las niñas, a las
adolescentes como lo otro, como lo misterioso. Estábamos aterrados siempre ante
su presencia. Las niñas nos comenzaban a despertar pasiones, porque
significaban el misterio, un misterio que hasta ahora siendo un viejo, no lo he
develado. Para mí el mundo femenino continúa siendo un misterio y un
laberinto”.
Imagen:http://bit.ly/2kBsLoS
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