- En la obra, por un lado se intenta arraigarse a la nacionalidad, pero por otro, hay una aspiración a “la cultura gringa”, cuando los cholos estaban muy arraigados en la ciudad.
Por Víctor Gaspar
Ciudad de México, 11/02/16, (N22).- Maxi rememora su infancia en los suburbios de Tijuana,
sus amigos, la relación con su madre, la violencia y el ambiente cultural de
finales de los 60. A partir de experiencias colectivas, Adrián Vázquez monta la
puesta en escena El hijo de mi padre.
sus amigos, la relación con su madre, la violencia y el ambiente cultural de
finales de los 60. A partir de experiencias colectivas, Adrián Vázquez monta la
puesta en escena El hijo de mi padre.
“A él le toca vivir en una colonia marginada, en una
pequeña ciudad marginada que hay alrededor de una ciudad y poco a poco él
descubre cómo puede hacerse pasó en la vida y cómo puede sobrevivir en un
ambiente que por momentos nos recuerda mucho al México que vivimos actualmente;
un ambiente de violencia, un ambiente de hostilidad, de crueldad. Pero también
de mucha inocencia y de mucha esperanza”, comentó Adrián Vázquez, dramaturgo y
actor.
pequeña ciudad marginada que hay alrededor de una ciudad y poco a poco él
descubre cómo puede hacerse pasó en la vida y cómo puede sobrevivir en un
ambiente que por momentos nos recuerda mucho al México que vivimos actualmente;
un ambiente de violencia, un ambiente de hostilidad, de crueldad. Pero también
de mucha inocencia y de mucha esperanza”, comentó Adrián Vázquez, dramaturgo y
actor.
Adrián es de Tijuana y su experiencia personal, dice, está
también presente en el montaje: “Durante la escena construíamos estas pequeñas
anécdotas y nos dimos cuenta que tenían
en común la violencia y la crueldad. Historias de niños, historias de adultos,
pero que lo que perneaba en sí era que por momentos eran relatos desgarradores”.
también presente en el montaje: “Durante la escena construíamos estas pequeñas
anécdotas y nos dimos cuenta que tenían
en común la violencia y la crueldad. Historias de niños, historias de adultos,
pero que lo que perneaba en sí era que por momentos eran relatos desgarradores”.
En la obra, por un lado se intenta arraigarse a la
nacionalidad, pero por otro, hay una aspiración a “la cultura gringa”, cuando
los cholos estaban muy arraigados en la ciudad.
nacionalidad, pero por otro, hay una aspiración a “la cultura gringa”, cuando
los cholos estaban muy arraigados en la ciudad.
El hijo de
mi padre se presenta los lunes a las 20:30 horas en La Teatrería, ubicada en Tabasco
152, Roma Norte, hasta el 13 de marzo.
mi padre se presenta los lunes a las 20:30 horas en La Teatrería, ubicada en Tabasco
152, Roma Norte, hasta el 13 de marzo.
Imagen:http://bit.ly/1Quk58N
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