Redacción/CDMX
Según el antropólogo Munro Edmonson, la risa es sociable que invita a una acción similar, tiene cualidades contagiosas: cuando oímos reír a alguien, a menudo nos reímos o al menos sonreímos.
Algo que fue utilizado por las risas grabadas en los programas de comedia que los hacía ser más divertidos, y al tiempo que le daba cierto control sobre cuándo se reía la gente.
Sin embargo, la risa es muy diferente cuando se es el único que la hace. Porque “la risa sin humor parece volvernos mecánicos, aterradores, monstruosos”, de acuerdo a Fran McDonald quien analizó el caso de Natalie Portman tras reír por un mal chiste en su discurso de los Globos de Oro en 2011.
La risa se caracteriza em la repetición de las personas cuando ríen, es lo que hace que sea universalmente conocida, por ello, dependiendo de la cultura se representa de manera similar como: “je-je-je”, “ji-ji-ji”.
Incluso en ruso se identifica como “xe-xe-xe” o en tzotzil ‘eh ‘eh ‘eh.
De acuerdo a McDonald, la risa altera la noción de un yo estable y coherente.
La risa desenfrenada no solo significa una falta de control personal, sino también puede ser políticamente peligrosa.
El historiador literario Joseph Butwin ha escrito sobre la “risa sediciosa” como un arma de los oprimidos que puede servir para desestabilizar las jerarquías y las relaciones de poder.
(Con información de sapiens.org)