Redacción/CDMX
La imagen de una mujer que pasó desapercibida por medio siglo, apareció en un retrato del periodo azul de Pablo Picasso.
El Instituto de arte Courtauld de Londres fue quien realizó el hallazgo en el Retrato de Mateu Fernández de Soto (1901), en la esquina superior derecha.
Previa a la exposición The Courtland Goya to Impressionism que se inaugura este viernes el cuadro fue sometido a rayos X e infrarrojos.
La pintura final muestra al escultor español Mateu Fernández de Soto sentado en el estudio de Picasso, tallando un objeto en sus manos.
En el fondo se observa el ataúd de Carles Casagemas, amigo íntimo de Picasso.
El retrato es una de las primeras obras que encargan el sombrío cambio del artista respecto al impresionismo, ya que experimento pobreza y luchaba por sobrevivir en París.
En esa etapa el artista español solía pintar sobre trozos de cartón en lugar de lienzo, pintaba sobre trabajos antiguos e incluso llegó a quemar cuadros para calentar su departamento.
De la mujer poco se sabe. Está sentada, apoyada sobre los codos, con los hombros inclinados hacia adelante y una de sus manos agarrando su brazo superior.
(Con información de Hyperallergic)