A medida que los investigadores aprenden más sobre estas criaturas hay llamado a tratarlos de manera más acorde a su inteligencia
Redacción/CDMX
No se puede negar que existe algo especial en los cefalópodos, una clase de invertebrados que viven en el océano, al que pertenecen las sepias, los calamares y los pulpos.
Los investigadores han aprendido cada vez más sobre sus habilidades cognitivas y se han hecho peticiones de que sean tratados de maneras más acordes a su nivel de inteligencia.
En 2024, el estado de California, así como Washington aprobaron prohibiciones a la cría de pulpos. Al igual que Hawái, que está considerando una acción similar.
Los cefalópodos son una amplia clase de moluscos, algunas de estas especies viven solas en la oscuridad del océano, mientras que algunas otras viven en sociedad de arrecifes de coral activos y soleados.
Unas son hábiles cazadoras, y otras simplemente se alimentan de desechos flotantes. Es por ello por lo que existe una enorme diversidad, en su tamaño, así como el comportamiento de esta especie.
Actualmente, la ciencia aún no tiene las herramientas para confirmar si este fascinante molusco marino tiene estados emocionales.
La especie de pulpo mejor estudiada es la Octopus vulgaris, cuenta con alrededor de 500 millones de neuronas, de las cuales unos 300 millones, no se encuentran en el cerebro, sino están distribuidas en “minicerebros” o ganglios en los brazos.
La mayoría de las neuronas restantes dentro del cerebro central se dedican al procesamiento visual y menos de la cuarta parte para procesos como el aprendizaje y la memoria.
En otras especies de pulpos, en especial las que habitan en arrecifes, tienen cerebros más arrugados que las que viven en las profundidades marinas.
Muchos cefalópodos pueden abrir y cerrar pequeñas bolsas debajo de su piel que contienen pigmentos de colores y reflectores, revelando colores específicos. El pulpo vulgar tiene hasta 150 mil bolsas de pigmento.
La Sepia apama, se comunica por medio de sus cromatóforos, de ese modo crean patrones que atraen a sus parejas y ahuyentan a los agresores.
La mayoría de los cefalópodos son depredadores de emboscada incluso ataren a sus presas.
Existen numerosas pruebas de que algunos pulpos y sepias tienen un aprendizaje similar al de los vertebrados. Algunos cefalópodos pueden llegar a tener la capacidad de adquirir formas de aprendizaje más complejo, como el aprendizaje inverso.
Hoy en día la visión es crear una nueva frontera para el bienestar animal y en la última década se ha comenzado a proponer acciones para el cuidado y uso de cefalópodos en cautiverio.
Es decir, las condiciones de alojamiento deben favorecer el bienestar y el comportamiento natural del animal.
(Con información de Popular Science)