¿De dónde viene la imágen de las brujas?

Redaccion/CDMX

Cuando pensamos en una bruja, generalmente viene a nuestra mente la imagen de una mujer con un sombrero puntiagudo, nariz ganchuda, piel verde, pelo largo y desaliñado, y una escoba.

Esta representación es común en la cultura popular, desde “Macbeth” hasta “El mago de Oz”, y es especialmente prominente durante Halloween.

Sin embargo, esta imagen tiene orígenes históricos específicos y ha influido en los estereotipos sobre las mujeres a lo largo del tiempo.

La concepción de la bruja malvada o dañina surge a finales de la Edad Media y principios de la Edad Moderna.

En esa época, se acusaba de ser herejes a quienes se sospechaba de participar en rituales mágicos y de conjurar espíritus.

Este grupo incluía tanto a personas acusadas de brujería como a curanderas populares o “mujeres sabias” que practicaban la atención sanitaria informal, como la obstetricia.

La Iglesia y los profesionales médicos universitarios (hombres) veían con desprecio y condenaban estos actos, considerando la brujería como dañina y blasfema.

Se creía que las brujas eran agentes del diablo con habilidades sobrenaturales: podían transformarse en animales, viajar de noche en escobas, alterar la naturaleza, conjurar tormentas, dañar propiedades e incluso asesinar niños.

Estas ideas, aunque fantasiosas, provocaron un miedo generalizado durante la gran caza de brujas en los siglos XVI y XVII, exacerbado por la invención de la imprenta.

Una de las publicaciones más influyentes fue el “Malleus Maleficarum” (“El martillo de las brujas”), escrito por Heinrich Kramer en 1486. Este manual de brujería difundió historias sensacionalistas sobre las brujas, contribuyendo a que la brujería fuera percibida como una amenaza seria, especialmente dirigida a mujeres.

Artistas como Alberto Durero y su alumno Hans Baldung contribuyeron a la visualización de las brujas. Durero retrató a las brujas como jóvenes seductoras o viejas demacradas, mientras que Baldung las representó como mujeres sexualizadas conspirando en grupos.

Estas imágenes fueron ampliamente difundidas y contribuyeron a la demonización de las mujeres acusadas de brujería. Entre 1450 y 1750, aproximadamente entre 90 mil y 100 mil personas fueron acusadas y juzgadas por brujería en Europa y América del Norte, de las cuales la mitad fueron ejecutadas, siendo la mayoría mujeres.

Hoy en día, la imagen de la bruja malvada es un vestigio de estos tiempos oscuros. Sin embargo, existe una alternativa para celebrar a las brujas de una manera más positiva. Artistas como Remedios Varo, que vivió en México y estudió antiguas formas de brujería, retrataron a las brujas como mujeres poderosas y sabias.

En sus obras, como “La creación de los pájaros” y “La bruja que va al sabbat”, Varo presenta figuras femeninas que emanan fuerza, conocimiento y poder, celebrando la sabiduría ancestral y honrando a sus protagonistas femeninas. Estas imágenes contrastan con las representaciones históricas que ayudaron a demonizar a las mujeres, ofreciendo una visión más empoderadora y respetuosa de la figura de la bruja.

(Información de The Guardian)