Durante la adolescencia el cuerpo de los seres humanos cambia, los músculos se fortalecen, y por lo regular, el olor corporal se vuelve más penetrante.
A diferencia del cuerpo de la infancia, tras la pubertad el olor contiene dos elementos malolientes así como niveles más altos de ácidos carboxílicos, de acuerdo al investigadores que dieron a conocer su trabajo en Communications Chemestry.
Tales sustancias químicas se forman cuando las bacterias descomponen el sudor de las axilas y las secreciones aceitosas que mantienen húmeda la piel, lo cual puede contribuir a los cambios.
El estudio de la Universidad Friedrich Alexander de Erlangen-Mürnberg, Alemania recogió muestras de olor de 18 adolescentes de 14 a 18 años, y 18 niños pequeños de 0 a 3 años que habían dormido con almohadillas de algodón.
Se encontró que los infantes y los adolescentes tienen más de 40 compuestos en común.
Los ácidos carboxilícos eran más prevalentes en los adolescentes. Estos eran una mezcla de olores agradables, descritos por un panel entrenado para evaluar señales olfativas como afrutados, jabonosos o herbáceos, y por supuesto, otros menos agradables que olían a queso, moho o cabra.
Se identificó también a dos hormonas presentes solo en el olor de los adolescentes y que se encuentran comúnmente en mamíferos, una con olor a sudor, orina y almizcle.
Y, otra con olor a almizcle y sándalo (olor amaderado, ligeramente animal, incluso erotizante).
El almizcle es una sustancia presente en la composición de muchos perfumes, debido a sus características fragantes y sus cualidades como fijador de aromas.
Por cierto, esta antes se obtenía del ciervo almizclero, precisamente de una glándula situada entre los genitales y el ombligo del animal.
Incluso, también aparecieron algunos componentes de productos perfumados, a pesar que los participantes solo utilizaron detergentes y jabones sin perfume durante dos días previos al estudio.
(Con información de DeutscheWelle)