Henry Fiol el maestro del «son neoyorkino» en México

Sergio Verdugo/CDMX

Llega a nuestro país la leyenda viva de la sala Henry Fiol, sonero fino, elegante, a la hora de improvisar, su fraseo se caracteriza por la frescura de un cantante de barrio.

De padre puertorriqueño y madre norteamericana de descendencia italiana, Fiol navegó entre estas dos culturas, pero en su adolescencia, cuando tuvo sus primeros contactos con amigos de la comunidad  puertorriqueña en Nueva York, se enamoró de su cultura, de su música, marcando su futuro profesional, y fue alimentandose de los ritmos cubanos, entre boleros, pregones, guarachas y sones.  

Desde muy temprana edad, su mundo musical fue influenciado por artistas de la talla de Arsenio Rodríguez, Machito y Guillermo Portabales, entre otros. Se graduó en Artes Visuales en Hunder College, es además de diseñador, escritor, pintor, poeta, compositor y cantante de salsa.

Su carrera se remonta en 1968, tocando las percusiones afrocubanas, que aprendió en los barrios latinos y en el parque de Orchard Beach, sus primeros pasos en el mundo de la música los dio con una agrupación que se llamaba La Placa, una copia del Quinteto La Playa, después se unió a la Orquesta Capri esta agrupación le permitió desarrollar y perfeccionar su habilidad profesional de sonero, al estilo más puro cubano.

Henry Fiol es de los cantantes más activos actualmente de la baraja del denominado “Boom salsero” de los años 70.

Su faceta como compositor aborda temas urbanos de la vida cotidiana del barrio latino de la ciudad de New York, logrando un concepto más universal lo anterior lo refleja en sus temas “Qué pena me da”, “De mi gente abusada”, “Victimas de injusticia”, “Pronto todo cambiara”.

Su aportación al mundo de la salsa radica, en capturar la poesía urbana de los barrios latinos, al respecto comenta:

Mi experiencia es que soy más visual que auditivo, pues mi entrenamiento académico es de artista plástico, y también porque soy de un temperamento solitario.

No sirvo para andar por ahí callejeando o en los clubes sociales, y el hombre solitario tiene mucho tiempo para observar.

Entonces mis temas salen de mis observaciones y experiencias, de mi vida misma. Encontré que en la música campesina el sentimiento es más sincero.

A partir de ese momento me dediqué a estudiar la música folclórica de Cuba, el punto cubano, décimas guajiras, y traté de digerir todo esto para ligarlos con el tumbao más fuerte, más negroide, con percusión, con la sazón de Nueva York para sacar la síntesis que es mi trabajo actual.

Henry Fiol cuenta con un estilo propio, es un músico que adopta el formato de conjunto: originalmente utilizaba solo dos trompetas, luego cambio para trompetas y saxofón, pues considera que el saxofón  inyecta un sabor a New York, una textura muy americana que coincide con el jazz, y un sonido muy fresco,  armonioso y seductor, que se complementa con la sección de ritmos afrocubanos, un tres, bajo, piano y coros.

El maestro del Son neoyorkino tendrá una sola presentación en la Ciudad de México  este sábado 6 de julio, acompañado de la orquesta mexicana Tlatoque en el Foro Hilvana, dentro del marco del 2ª aniversario  del colectivo “La resistencia salsera”  comandado por Luis Sarabia promotor cultural de la salsa brava en nuestro pais, iniciará las 20:00 horas con duelo de vinilos y buena música para bailar.