Redacción/CDMX
Hace doce mil años, antes del comienzo de la historia registrada, un grupo de 200 personas vivían en un pequeño pueblo junto a un arroyo que desembocaba en el mar de Galilea.
Esta civilización cazaba gacelas, pescaban carpas, construían sus casas con piedras y enterraban a los muertos cerca de sus casas.
En la investigación realizada por la arqueóloga Leore Grosman y su equipo, encontraron un pozo de piedra en donde almacenaban sus alimentos.
Además, han encontrado hojas de hoz de pedernal, evidencia de que los residentes cosechaban plantas.
¿Cómo surgió la civilización? ¿Por qué después de millones de años de cazar y recolectar, la civilización decidió asentarse?
Los académicos siguen debatiendo los porqués de este cambio, pero apuntan a que fue hace aproximadamente 10 mil años en donde descubrieron el cultivo, la planificación de vivir juntos y planificar un futuro, crear jerarquías de gobierno, religiones, arquitectura y otros avances.
Grosman estaba convencida que el sitio pertenecía a un pueblo paleolítico conocido como natufianos.
Los natufianos fueron identificados por primera vez en 1929, por una arqueóloga británica llamada Dorothy Garrod.
Los arqueólogos que siguieron la línea de investigación de Garrod, establecieron que la cultura natufiana apareció en el sur de Levante, área actual de Israel, Líbano, Siria, Jordania y los territorios palestinos.
Otros marcadores característicos encontrados fueron las joyas hechas con conchas traídas del mar Mediterráneo y collares hechos con huesos.
Anna Belfer-Cohen, autoridad de la Universidad Hebrea, argumenta que las joyas transmiten algo como el deseo de diferenciarse entre ellos y señalar su estatus.
Los arqueólogos observaron que la construcción de sus casas estaban “planificadas” porque tenían la misma estructura.
Los huesos de las gacelas indicaban que habían sido cazadas en primavera, mientras que los huesos de las carpas indicaban que fueron cazadas en invierno.
Mithen, un prehistoriador británico dice que “los hallazgos en el sitio dejan en claro que su gente era innovadora… los procesos de cambio que pensábamos que ocurrieron durante el Neolítico posterior ya estaban en marcha en este asentamiento”.
Actualmente, muchos estudiosos identifican a la agricultura como un momento singular de la invención humana que allanó el camino para la vida moderna.
Avi Gopher, profesor emérito de arqueología en la Universidad de Tel Aviv, señala que “las personas inteligentes descubrieron algo importante y la historia humana nunca volvió a ser la misma. Este avance solo puede llamarse una revolución”.
Yuval Harari, en su libro “Sapiens: una breve historia de la humanidad” hace ver su descontento con la llamada “Revolución agrícola” y dice que “el salto a la agricultura no condujo a la libertad del trabajo o el hambre, sino a la esclavitud… la revolución agrícola fue el mayor fraude de la historia”.
Doce milenios de historia separan de esas personas, además de incontables evoluciones e innovaciones. Aquella civilización no tenía idea de los cambios que estaban trayendo al mundo, y nosotros tampoco.
(Con información de thesmithsonian.com)