Redacción/CDMX
Un libro reveló recientemente como al inicio de los 70, en Harvard se realizó un proyecto de investigación en torno a los psicodélicos.
Humpry Osmond, psiquiatra inglés acuñó el término psicodelia después de ser el guía para el escritor Aldous Huxley en su viaje de mezcalina en 1953, tras esta experiencia, Huxley elaboraría un libro titulado Las puertas de la percepción (2002).
En el texto, Huxley describió su experiencia al consumir el alcaloide alucinógeno extraído del peyote.
Después de su experiencia Huxley consideró que la palabra “psicotomimético” no funcionaba para describir lo que experimentó, la sustituyó por la palabra “fanerotime” que significa lo que hace visible el alma.
A pesar de que la palabra describía de manera perfecta su experiencia, consideraba necesario un término más cercano a él, optando por psicodelia.
Psicodelia, proviene de una raíz grecolatina que significa, Psique – alma fusionada con delos -revelar.
Volviendo a esta palabra, más que, una experiencia, una época.
El sociólogo norteamericano Don Lattin describe todo esto en su libro El club psicodélico de Harvard (2023), en su contenido encontramos de manera cronológica los distintos hechos que hicieron que los profesores Timothy Leary, Huston Smith y Richard Alpert conocieran al doctor Andrew Weil.
El encuentro de tan ilustres mentes dio como resultado la búsqueda en demostrar que el cerebro humano, condicionado por estructuras rígidas, filtra la realidad de tal manera que no permite que se cuelen impresiones que podrían llegar a ser peligrosas para el funcionamiento social del sistema.
Después de la premisa, Timothy Leary realizó un experimento psicodélico en la cárcel de Concord, en el cual administró veinte miligramos de psilocibina a dos de los presos y a un estudiante de posgrado de Harvard de nombre Ralph Metzner.
Posterior a este primer experimento, llegaron más en el transcurso de 9 meses.
Los resultados que arrojaron las investigaciones fue que el 75 por ciento de los presos a los que habían suministrado psilocibina, y que salían en libertad, no reincidían.
Tras estas investigaciones el mundo cambió, los patrones sociales que, hasta ese momento dominan comienzan a cambiar gracias a la Universidad de Harvard, y los experimentos científicos con sustancias que alteran la consciencia.
Tras los resultados del experimento de Concord se desatan una serie de problemáticas nombrándolos políticamente peligrosos.
En las investigaciones científicas, la intención del investigador es de suma importancia y más cuando se trabaja con psicodélicos, porque, la intención es la puerta que abre paso a la idea o cuestionamiento a resolver.
Donald Lattin, en su libro nos cuenta como la psicodelia abrió muchas puertas en un mundo de represiones, mostrando el inicio y el fin de un grupo de entusiastas.
Quienes por sus personalidades e intenciones, cada vez estaban más lejanas de la ciencia, terminando entre acusaciones y reproches.
(Con información de El País)