Redacción/cdmx
Desde hace algunos años se ha venido manifestando una práctica respecto al aseo de la ropa que usamos de manera cotidiana.
Ahora podemos ubicarla con el término «low-wash», es decir, de poco lavado.
Para Szabo (hombre canadiense), el hábito del «low-wash» comenzó en 2010 con la compra de su primer par de jeans.
Los usó durante seis meses sin lavarlos, en un viaje a Europa desde su Canadá natal a Europa.
«Fue una rareza mía tener esos vaqueros apestosos», explica a BBC Culture, «Olían horrible».
Algunas personalidades de la moda se han manifestado en ese sentido como por ejemplo la diseñadora Stella McCartney quien en 2019, generó titulares al detallar sus hábitos «low wash» de las prendas y confesó al diario The Guardian: «En la vida, la regla general es que si no tienes que limpiar absolutamente nada, no limpies».
Otros, repiensan sus hábitos de lavado por consideración con el medio ambiente o por el aumento de la factura de electricidad.
Mac Bishop -fundador de la empresa de ropa Wool & Prince-, explica que cambió su enfoque por «la comodidad y el minimalismo» -que resonaba bien particularmente entre quienes detestaban lavar la ropa- cuando comenzó a promocionar su marca femenina Lana&.
También reflexionó sobre la publicidad sexista en productos de lavado y que por ello las mujeres respondían menos a la idea de no lavar su ropa.
Otro motivo para explicar esta tendencia es el ecologismo como una motivación más.
Cual fuere el caso, la marca Wool & Prince vende hoy vestidos de lana merino con la promoción del «desafío» de llevar el mismo a diario durante 100 días.
«Una de las peores cosas que le puedes hacer a una prenda, si quieres que te dure, es lavarla».
Eso dice Mark Sumner, profesor de moda sostenible en la Universidad de Leeds.
Con un lavado, dice, las prendas pueden rasgarse, encogerse y perder color.
Junto a su socio Mark Taylor, Sumner estudia cómo las microfibras de la ropa doméstica acaban en el mar.
Aunque menciona que lavar la ropa con menos frecuencia es la opción correcta para el medioambiente, no por ello aboga por una suspensión completa del uso de lavadoras.
Lavar la ropa resulta importante por razones médicas y de higiene para las personas que padecen de ezcema e intentan evitar la alteración causada cuando las bacterias naturales de nuestra piel se multiplican dentro de nuestra ropa.
También es importante para la autoestima de las personas «no sentirse avergonzadas de su ropa porque esté sucia o huela mal».
Con este debate en mente es que también existe competencia en este tipo de prácticas de no lavado de ropa.
Por ejemplo, con criterios como: «¡El parche en la entrepierna es increíble!», o «Tonos sutiles y uniformes… resulta en un equilibrio casi perfecto de patrones de desgaste con espectaculares tonos azules», este último es el ganador.
Esta es la manera en que se juzga en una competencia llamada Indigo Invitational, donde personas de todo el mundo desgastan sus pantalones vaqueros bajo ciertas reglas durante un año entero.
Para conseguir los mejores vaqueros del mundo en este peculiar concurso hay una estrategia fundamental: El «denim low-wash».
Como la mezclilla se vuelve más suave con el agua y el jabón, una de las claves para lograr patrones de alto contraste es no lavar los pantalones.
(Con información de BBC NEWS MUNDO)