Una entrevista con la historiadora Francie Chassen-López que en su libro Mujer y poder en el siglo XIX construye la biografía más completa de la llamada cacica de Tehuantepec
Karen Rivera / Ciudad de México
Juana Catarina Romero fue una mujer hábil y filántropa. Así la describió la historiadora Francie Chassen-López en su libro Mujer y poder en el siglo XIX, la biografía más completa de la llamada cacica de Tehuantepec. Juana Cata, como la conocían, nació en Tehuantepec, Oaxaca, en 1837. De familia humilde, durante su juventud se dedicó a vender cigarrillos que elaboraba con su madre y también fue espía del ejército liberal en la Guerra de Reforma. Pero a los 34 años forjó un imperio económico que la distinguiría.
«Primero empezó con una tienda, luego se iba a la ciudad de Oaxaca que era bastante aventado para una joven en ese momento, ella iba con mula, ella iba a caballo, traía mercancía y lo vendía en Tehuantepec, llevaba los productos de Tehuantepec a la ciudad de Oaxaca y así empezó, y poco a poco llegó a ser una comerciante internacional, traía productos de ultramar, viajó a Estados Unidos, viajó a Europa.
»Y hay que recordar que es una mujer que nunca asistió a la escuela, aprendió a leer y a escribir como a los treinta años, pero para ella la educación era muy importante, como había sido analfabeta, entendió lo que representaba eso», señaló la historiadora.
Cuando tenía 21 años, Juana Catarina trabajó para el entonces Capitán Porfirio Díaz. Fue en ese momento que la amistad entre ellos comenzó y terminó hasta su muerte. Encontró en los viajes su educación y en los textiles una oportunidad de crecimiento económico. Enamorada de la modernidad y la tecnología, cambió el traje de tehuana con sus diseños y se dedicó al cultivo de azúcar.
«Ella se dio cuenta en su finca que el dinero no estaba en la ganancia, no estaba en el cultivo de la caña, la ganancia estaba en la refinación entonces construyó un imperio, trajo las máquinas desde Alemania, desde Estados Unidos, construyó un ingenio de lo más avanzado que había en esa época, el único que tenía teléfono, por cierto.
»Llegó a tener premios internacionales, en San Luis, Misuri, en Christopher’s Place, en Londres. Quién iba a creer que una mujer que salió de donde ella salió, iba a ganar premios internacionales con su obra; además, una cosa muy interesante es que ella llegó con su compañía a ser representante del Banco Nacional de México para principios de siglo, en Tehuantepec, Salinas Cruz; no hay noticia de otra mujer, de otra compañía de una mujer que representara el banco nacional.»
La historia de Juana Cata no apareció en libros, pero sí quedó registrada en los archivos de Oaxaca. Sustentada en una investigación exhaustiva, esta publicación recreó su trayectoria y entretejió tres periodos históricos de México: la Reforma liberal, el Porfiriato y la Revolución. Además, la autora buscó romper mitos en torno al personaje y puso en perspectiva la vida y el papel de las mujeres mexicanas en esa época.
«Ella llegó a tener bastante influencia política y manejó tras bambalinas muchas veces la política en Tehuantepec, por eso le dicen la cacica.»
Mujer y poder en el siglo XIX. La vida extraordinaria de Juana Catarina Romero, cacica de Tehuantepec es una publicación del sello editorial Taurus
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