Frente a la situación que nos ha colocado la emergencia sanitaria, desde la FIL 2020 se reflexiona sobre los retos que esta materia ya afronta el país. Hay una pregunta clave: ¿qué queremos que sea esta nueva normalidad?
Ciudad de México (N22/José Meléndez)- En su edición 34, la Feria Internacional del Libro de Guadalajara se desarrolla en la modalidad a distancia debido a la pandemia de covid-19. Es justamente por este motivo que FIL Pensamiento organizó una mesa que tuvo por nombre: Una nueva economía para la próxima de normalidad, en la que se analizaron los impactos económicos y las repercusiones sociales debido a esta crisis sanitaria. Participaron en dicha mesa Rolando Cordera, profesor emérito de la Facultad de Economía de la UNAM; Valeria Moy, directora del Instituto Mexicano para la Competitividad; Gerardo Esquivel, subgobernador del Banco de México; y Enrique Provencio Durazo, es investigador del Programa Universitario de Estudios del Desarrollo de la UNAM. Con la idea de la transformación del modelo económico a partir de la afectación a las cadenas de suministro, los nuevos equilibrios geopolíticos y a la situación de crisis económica que enfrenta el mundo, pero también de los cuestionamientos al liberalismo de mercado y de la urgencia de un combate eficaz a la pobreza y a la desigualdad se inició la charla.
Rolando Cordera inició mencionando que habría que reflexionar sobre una economía capaz de recuperarse del impacto de la pandemia y de la enorme caída que sufrió la producción en estos meses, para dar lugar a nuevos desarrollos, nuevos avances y encaminar a la economía en su conjunto (tanto la economía como sociedad) a una etapa larga de preparación, de adaptación a los nuevos mecanismos de innovación tecnológica que la propia pandemia ha acelerado. Reflexionó respecto a que México tiene que participar de estos nuevos mecanismos de innovación con dos objetivos principales:
- Construir un proceso de reproducción de su economía que sea capaz de sostener mejores cuotas de equidad social y de igualdad entre los mexicanos.
- Una economía que sea capaz de aprovechar las promesas y las ventajas de los muchos avances tecnológicos y de la globalización que tendrá que venir y para la cual tenemos que prepararnos.
Para el maestro emérito de la UNAM, esto implica un gran esfuerzo de construcción institucional y habría que tener una economía programada, planificada, interconectada y alerta a loa cambios del mundo y a los cambios que nuestro propio subsuelo está ya resintiendo. Este sería el discurso de renovación económica.
Por su parte, Valeria Moy, directora del Instituto Mexicano para la Competitividad, mencionó que cuando se habla de una “nueva normalidad”, es importante plantarse qué queremos que sea esta nueva normalidad, o cuál queremos que sea esta nueva economía o cómo diseñar esta nueva economía, la cual deberá ser aplicada a esta nueva normalidad. Mencionó que antes de la pandemia había una economía que crecía mínimamente y de manera desigual, que ocasionaba un crecimiento y oportunidades desiguales en nuestro país y expresó: «para una nueva normalidad me gustaría ver un México distinto, un México en donde veamos al futuro y actuar en consecuencia. Hay que observar lo que está pasando en otros países y tomar en cuenta que no estamos aislados del mundo ni debemos estarlo. Cuáles son las prácticas que funcionan.»
Explicó que debemos de tener una meta y así sentar las bases para lograr esos cambios y esas metas que requerimos, así como que haya un crecimiento económico mejor distribuido. «Me gustaría ver un país preocupado por el medioambiente, un país que quiere producir energías limpias, y que además puede hacerlo y que puede representar una fuente de crecimiento económico en particular en la zona sur de la república. Dicen que una gran crisis conlleva una gran oportunidad y esta crisis que estamos viviendo nos permita cambiar de giro en las decisiones que nos permitan ir hacia ese México mejor.»
En su participación, Gerardo Esquivel, subgobernador del Banco de México mencionó que de la crisis de la pandemia debemos de aprender sus características y sus peculiaridades ya que son distintas a otras y las implicaciones que ha tenido para la economía mexicana y para la economía mundial en general y entonces pensar en cómo podemos mejorar las circunstancias para que en el futuro podamos enfrentar una situación parecida de mejor manera. Expuso que «esta crisis de manera particular tiene un impacto profundo y significativo en los sectores más desprotegidos de la población y que está exacerbando las desigualdades existentes. La pregunta sería: De qué manera poder hacer más resiliente a las economías y en particular a la economía mexicana para poder enfrentar mejor futuras crisis que pueden o no parecerse a esta que estamos viviendo.»
Otro de los temas que desarrolló fue el de la desigualdad de los ingresos, ya que son los más afectados y son los trabajadores informales justamente los que buscan su ingreso cada día y que debido al cierre de actividades son los primeros que padecieron las afectaciones de la pandemia. También mencionó el tema de la salud, que muchas personas no tiene acceso a los servicios de salud. Y en términos educativos que el proceso de enseñanza-aprendizaje tiene que modificarse y que tiene que ajustarse a las nuevas circunstancias y a la cual no todos están preparados por la falta de recursos tecnológicos. Por último mencionó que «hacía adelante tenemos que empezar a pensar en una economía resiliente, para reducir las desigualdades de género, de acceso a la salud y a la educación, mejorar el acceso a la conectividad y combatir la desigualdad de ingresos, así como el tipo de trabajo a que tienen acceso los individuos. Eso es lo que tenemos que pensar hacia adelante.»
En su turno, Enrique Provencio Durazo, investigador del Programa Universitario de Estudios del Desarrollo de la UNAM inició su participación con la siguiente interrogante: ¿Hacia cuál economía nos dirigimos y hacia cuál normalidad vamos? Ya que la nueva normalidad apenas se está insinuando, aunque ya hay algunos rasgos. Explicó que «la próxima normalidad está empezando ya con las pautas de recuperación que estamos empezando a ver, porque en la manera en que nos recuperemos de esta crisis, vamos a ir construyendo esa nueva economía más resiliente. Será una recuperación que dependerá de la manera en que se normalice las actividades económicas. Pero sobre todo, necesitamos que esta recuperación empiece a corregir problemas ocasionados por la pandemia pero que heredamos de la situación previa.»
En un segundo punto, mencionó que la normalidad que se aproxima, esos cambios que logremos hacer, y sobre todo los daños que queden de esta crisis, son los que van a estar modelando un sistema en conjunto y cuya reforma ya se venía discutiendo antes de la pandemia. Es en el gran plano global que estamos viendo a finales de 2020 en donde se van a seguir dando pasos muy importantes en la reforma que lleve la economía mundial de los próximos años. En un tercer y último punto refirió al impacto social que ya ocurrió. Mencionó que «el empobrecimiento, la pérdida de empleos, la gran pérdida de ingresos que está ocurriendo en esta crisis, junto con otros efectos sociales, a los cuales debemos de aliviar ya en la reactivación y en la recuperación.»
Para el especialista, hay que entrelazar los tres planos; el de la recuperación inmediata, el de la forma en que se lleve la recuperación del crecimiento para los próximos años y la introducción de los grandes cambios en la forma de organización económica que buscamos.
Para cerrar su participación mencionó que hay dos grandes cambios que son cruciales: el primero es que la nueva economía debe poner más cuidado a los bienes públicos y en espacial a la salud pública, a la prevención y a la atención equitativa de la salud en la sociedad. Y en un segundo punto, que el bien público es la atención a la educación a través de los servicios incluyendo el acceso a los bienes digitales y la conectividad más equitativa que requiere una educación de calidad. Y estos problemas tienen que ser colocados en el set de la economía de las reformas a largo y a mediano plazo, por lo que se necesita acotar los plazos y reducir los niveles de pobreza. Es así que bajo estas premisas y bajo estas reflexiones concluyó esta mesa de análisis titulada Una nueva economía para la próxima normalidad.