En su primera edición (virtual) este encuentro pone “en escena” a la chelista italiana Martina Bertoni y a la performer vocal mexicana Sarmen Almond
Ciudad de México (N22/Ana León).- Dos caminos se cruzan: el arte y la tecnología. Para lanzar preguntas, no para dar respuestas. Para proponer una mirada, no para imponer un canon. Para hacer un comentario de su tiempo presente. Creadoras mexicanas y europeas se encuentran también en este cruce. La primera edición de FemLab. Mujeres en la música electrónica propone este encuentro desde dos sedes virtuales: La Casa del Lago y el Centro Cultural de España en México. Pero también desde un filtro: influir en la transformación de un panorama en el que la participación de las mujeres en la música electrónica representa menos del diez por ciento y en el que ocupan menos del siete por ciento en las áreas de producción e ingeniería de audio. Frente a una propuesta así, varias preguntas surgen. Charlamos con Paulina Lasa, curadora de este ciclo que se está en curso y que se prolongará en fechas posteriores hasta el 2021; Lasa es también intérprete, compositora, productora y letrista. La primera edición de FemLab inicia con la participación de Martina Bertoni (IT) y Sarmen Almond (Mx).
¿Qué conversaciones se generan cuando se gesta un festival de música electrónica de mujeres?
La participación de las mujeres en los festivales de música electrónica y en general de música, está sesgada en diferente proporciones en distintas áreas del mundo. De hecho hay un estudio muy interesante que se llama Facts que realiza una organización internacional llamada Female: Pressure. Cada dos años hacen un conteo de la participación de artistas mujeres en distintas zonas del mundo. En general cuenta principalmente norteamérica, Japón y algunos festivales en Latinoamérica que ya empiezan a tener reconocimiento internacional. En los países en donde mayor participación de mujeres hay, que son normalmente Canadá, Austria, Alemania, Suecia, todavía no se llega a un cincuenta por ciento, están en un treinta por ciento los números, mientras que en países como México y Rusia, y otros en los que estamos más atrás en equidad de género, se muestran resultados que a veces no llegan ni al 1%. Es impresionante.
En México hay dos festivales que presentan muy buenos números en este sentido, son Mutek y el Festival Nrmal, en donde sí se nota que hay un esfuerzo por incluir a más mujeres. Pero hay otros como Pa’l Norte y festivales más comerciales que realmente muestran números que son indignantes.
Por otro lado, también, hay una organización que se llama The 7 Percent, estadounidense, que cuenta la participación de ingenieros de audio mujeres, es decir, que en la organización de los festivales también hay un sesgo de participación de mujeres. Esto muchas veces genera un círculo vicioso: si el curador o el grupo de curaduría está formado por puros hombres, suele pasar que los carteles son más protagonizados por hombres.
No sólo hay un sesgo en cuanto a la participación de artistas, sino también de gestores y de ingenieros de audio, técnicos en general, etcétera.
Te pregunto esto porque hay una molestia, no sé si generalizada, en las exponentes mujeres del género cuando se les pregunta por su “experiencia como mujeres en la música electrónica”, porque es algo que no se les cuestiona a los hombres. La molestia es legítima. En una ocasión la pregunta fue incómoda para unas Djs alemanas; sin embargo, justo participaban en un ciclo, también de mujeres en la música electrónica que promovía, igual que FemLab, se visibilizara el trabajo de ellas y que su trabajo, al igual que sus contrapartes masculinas, fuera igualmente promovido. Me resulta, a veces, un poco contradictorio. ¿Cómo analizas esa contradicción y esa generación de experiencias?
Específicamente el género electrónico en la música, que es un género que se combina con el interés en tecnología, me parece especialmente importante la participación de mujeres porque también, el uso de la tecnología ha sido un ámbito muy cargado, muy protagonizado, por hombres. Si pensamos en nuestra educación básica, desde que somos niñas y niños, nos van perfilando. Por ejemplo, las niñas hacia el taller de cocina, el taller de cerámica y los niños al taller de carpintería, de electrónica, de electricidad… Bueno, en general, en cualquier ámbito profesional ha habido un sesgo de las mujeres que anteriormente nos ocupábamos de las labores domésticas y llevamos ya un rato luchando por ser reconocidas como profesionistas. En especial en los ámbitos que tienen que ver con la tecnología.
Es por eso interesante que se hagan festivales de música electrónica protagonizados por mujeres. Esto inspira a nuevas generaciones.
FemLab apuesta también por la formación y la generación de materiales didácticos. ¿Cómo funcionarán éstos? ¿Cómo se harán llegar a aquellas otras generaciones que se están iniciando en el género?
También por eso es importante la parte formativa de FemLab. Así como va haber conciertos, va ha haber clases magistrales y paneles de discusión que buscan abrir la visión de las artistas más en corto, en sesiones en vivo de preguntas y respuestas para que las nuevas creadoras cuenten con herramientas distintas para abordar la práctica de la música electrónica.
El programa va a ser muy diverso. Se planean ocho eventos y cada cartel tiene su perfil. Su estilo. Habrá músicas que se dedican más a la experimentación sonora con un perfil más académico; y habrá artistas que se dedican más a la pista de baile o con un perfil más comercial, pero todas enfocadas en la música electrónica, la producción de sonido y de música a través de herramientas electrónicas ya sea análogas o digitales.
Las primeras invitadas son Martina Bertoni (IT) y Sarmen Almond (Mx). ¿En la elección de las artistas por cartel se privilegian las cualidades que las hermanan o justo, la contraposición de sus estilos?
En el caso del primer cartel, que iniciamos con Italia, con apoyo de el Centro Cultural España, la Casa del Lago, EUNIC/Delegación de la Unión Europea en México y la Embajada de Italia, en este caso el cartel se definió así porque ambas artistas tienen una práctica electroacústica, es decir, parten de instrumentos acústicos para después experimentar con procesos electrónicos.
Sarmen Almond es una persona que ha estudiado el uso de la voz y tiene una gama de utilización de la voz impresionante. No sólo es cantante sino también actriz y va desde lo musical hasta el ruido, en las expresiones que logra con su voz.
Por otro lado, Martina Bertoni es una chelista que desde niña conoce el instrumento y en la universidad lo estudió, se especializó en el uso del chelo.
Ambas artistas tienen ese punto en común: el dominar un instrumento acústico y expandir sus posibilidades sonoras con recursos tecnológicos electrónicos.
La idea es que cada encuentro entre una mexicana y una europea se haga entre artistas afines, que tengan puntos en común, porque además del concierto y de las charlas, les vamos a pedir que realicen una pieza en colaboración para que quede un registro de este encuentro. Al final de FemLab nos encantaría publicar todas estas colaboraciones entre las artistas y que haya una retroalimentación entre artistas del otro lado del océano y artistas mexicanas. Y que en Europa se conozca el trabajo de mujeres mexicanas.
El programa completo tiene la intención de ser diverso, que vaya desde cosas muy experimentales y muy abstractas, hasta artistas que producen música bailable y más comercial.
El programa inició ayer 30 de noviembre [las dos charlas que ya han ocurrido se pueden ver el canal de YouTube del CCEMx] y continúan mañana con:
Para cerrar el sábado 5 de diciembre con un concierto en Aula Virtual
Para más información puedes entrar a las siguientes redes:
@ccemx | @iicmessico | @EUNIC_Global
Imagen de portada: Martina Bertoni