Se ha logrado una población de alrededor de mil ejemplares en cautiverio y algunos de ellos ya han sido liberados en su hábitat natural
Ciudad de México (N22/Redacción).- Hace venite años, la tortuga tachada birmana (Batagur trivittata) una tortuga gigante de río organaria de Asia, fue concebida como extinta, sin embargo, gracias a los grandes esfuerzos de Wildlife Conservation Society (WCS), se ha logrado preservar la existencia de esta especie.
La organización estima que la población actual, de la también conocida como la tortuga de la “sonrisa permanente”, ha aumentado hasta alrededor de mil individuos en cautivero, además, algunos de los representantes de la especie ya han sido puesto en libertad y han regresado a su hábitat natural en Birmania durante los últimos cinco años.
El WCS, en colaboración con el Departamento Forestal de Myanmar, comenzaron a principios del 2000 una tarea que no fue nada sencilla: preservar la existencia de una tortuga que, debido a la barbarie del hombre, estaba al borde de desaparecer en todo el planeta.
Y es que el hombre se encargó de destruir la especie a través de la caza, la pesca, y la degradación del hábitat; además, la tortuga no lograba reponer su especie debido a la recolección de huevos lo que, inevitablemente, puso a la especie al borde de la extinción.
Según cuentan los herpetólogos encargados de preservar a la tortuga, tuvieron la suerte de que en el año 2000 encontraran la especie en un mercado de vida silvestre chino, en donde adquirieron una de estas especies.
Poco después, un grupo de biólogos inició una expedición en Birmania en la que se encontraron tres tortugas, un macho y dos hembras, que fueron trasladadas al zoológico de Manday.
Asimismo, también fueron halladas dos poblaciones remanentes en los ríos Dokhtawady y Chindwin de Myanmar, lo que aumentó la posibilidad de conservar a la tortuga de la sonrisa permanente.
«Con una población cautiva que ahora se acerca a las mil tortugas, la especie parece correr poco peligro de extinción biológica», celebró WCS en un comunicado.
No sólo esta especie de tortuga se ha logrado salvar de la tragedia, afortunadamente, sus hermanas, la tortuga estrellada, Geochelone platynota, y la tortuga acuática del río del sur, Batagur affinis, también se han recuperado de una manera sorprendente en los últimos años.
Para mantener con vida a las tortugas, la organización, junto con otras fundaciones del Ministerio de Conservación Ambiental y Silvicultura de Myanmar, se dedican a buscar los nidos de los animales durante la época de anidación.
Una vez que se hallan los huevos, éstos son trasladados a un lugar de incubación para protegerlos de cazadores y depredadores.Allí permanecen bajo el cuidado de los herpetólogos hasta que comienza a romper sus cascarones y a caminar.
Las tortugas más pequeñas crecen en un estanque y con el tiempo, después de aprobar diversos exámenes para verificar que han crecido completamente sanas, son liberadas a su hábitat natural.