Lector voraz, lejos de lo que se cree, Bukowski fue un escritor y poeta disciplinado. Celebramos al autor que dialoga directamente con el presente a 100 años de su nacimiento (16.08.1920)
Ciudad de México (N22/Huemanzin Rodríguez).- Cronista de los bajos fondos, Charles Bukowski (1920-1994) siempre fue un crítico del sistema. En sus relatos, novelas y poemas se ven reflejadas las contradicciones y conflictos de la gente común; algo visible en nuestros días donde la gente lo mismo protesta en todo el mundo frente la violencia del sistema económico, que violenta la diferencia en redes sociales. Etiquetado como un escritor maldito, el autor nacido en Alemania y nacionalizado estadounidense, se convirtió desde la ciudad de Los Ángeles, en el cronista del mundo actual. El escritor J. M. Servín, comparte con Noticias 22 Digital, el por qué de la vitalidad de la obra de Bukowski.
«Viene de una gran tradición de narradores realistas o naturalistas estadounidenses, desde el siglo XIX. De algún modo él sigue la escuela de Mark Twain, donde el humor, la picaresca y la ironía acompaña los recorridos y anécdotas del hombre común enfrentándose a sus circunstancias. Es la escuela de Jack London, de Stephen Crane, de O’Henry, de Hemingway. También, aunque Bukowski nunca lo reconoció así, creo que de la escuela de Henry Miller y de la escuela de D. H. Lawrence.
»Detrás de Bukowski viene una gran tradición de narradores realistas que enfocaron su energía y su trabajo a retratar las experiencias de la gente de la calle, de la gente común de los bajos fondos. Charles Bukowski fue un autor netamente angelino, es decir, la ciudad de Los Ángeles y Bukowski son un ente unido que se alimentan el uno al otro. Y también forma parte de una gran tradición de escritores estadounidenses que reflejaron la vida en Los Ángeles desde la novela policíaca, como Raymond Chandler; la novela negra dura de Edward Bunker y la obra del gran mentor literario de Bukowski que es John Fante. Todos ellos traducidos al español, los interesados en este tipo de literatura tienen a su alcance a estos autores en México, es muy fácil obtener sus obras.
»Uno de los puntos a considerar con la obra de Bukowski es que no es un autor descatalogado, está muy lejos de ser un autor de culto, es un autor muy popular y muy querido en México. No sé si, la simpatía de la que goza en este país sea equiparable en algún otro lugar del mundo. Tengo la impresión de que es un autor adoptado por los lectores mexicanos nacidos de los años sesenta para acá, sobre todo, pues hay excepciones como lo fue Eusebio Ruvalcaba (1951-2017), quien es una generación previa a la mía y le gustaba la obra de Bukowski. Esto habla de la trascendencia de la obra. Y como lectores, pues hemos descubierto o confirmado a través de su obra que la literatura no solamente es un asunto de academias, no es un asunto de grandes premios, solamente, sino que puedes hacer gran literatura teniendo un contacto directo o una identificación directa con la gente común, con la gente de a pie.»
«Las personas sin moral a menudo se consideran a sí mismos más libres, pero la mayoría eran incapaces de sentir odio o amor».
Mujeres (1978).
«De alguna manera la obra de Bukowski es como una obra de iniciación, una iniciación a la vida. Yo diría que el Bukowski más profundo, más fuerte, más contundente, se encuentra en su poesía. Y aquí vale la pena señalar el trabajo que ha hecho Roberto Castillo Udiarte, que me va a acompañar la tarde de mañana en una conversación con los lectores en torno a la obra de Bukowski —martes 18 de agosto a las 19 horas, por Facebook Live en Eventos Gandhi—, porque fue el primer traductor en México de su poesía, y lo hizo con mucha certeza, con mucha sapiencia y desde un conocimiento de la obra.
»También me parece particular que, la literatura de Bukowski parece ser para gente que no se toma en serio la literatura, en este sentido es muy fácil denostar a un autor como él, tan popular, tan querido, tan prolífico y al mismo tiempo tan erudito. Bukowski era un erudito, era un tipo que había leído muchísimo y era muy disciplinado. Menciono esto porque a veces hay la creencia que, si eres un alcohólico simpático, puedes escribir como él lo hizo y el paso del tiempo nos confirma que todos estos prejuicios y apreciaciones al vapor están equivocadas.
»Más allá de la imagen y la leyenda que él creó alrededor de sí mismo y de su alter ego Henry «Hank» Chinaski, fue un gran lector y un tipo muy disciplinado con su trabajo. Y esta imagen de vagabundo urbano, es más una imagen, una leyenda, un personaje, una etiqueta que él conformó entorno a sí mismo y de su obra. En realidad, Bukowski era un tipo muy pulcro para vestir, fue un tipo que realmente no padeció la pobreza que mucha gente quiere identificar como parte de un martirologio para convertirte en un escritor. Yo creo que Bukowski, incluso, escribió con gran sátira sobre estas condiciones de vida, yo creo que lo que él muchas veces comunicó a través su literatura es, que la pobreza no es precisamente una condición para que tú te conviertas en otro perdedor, en un derrotado, sino que al contrario, puede ser un estímulo para que, aparentemente, teniendo todo en contra, hagas algo de tu vida, cómo fue su caso.»
«Un intelectual es el que dice una cosa simple de un modo complicado. Un artista es el que dice una cosa complicada de un modo simple».
Escritos de un viejo indecente (1969)
«El Bukowski más genuino te lo vas a encontrar a lo largo de su obra, con esta gran carga autobiográfica que tiene y con esta sencillez para expresar emociones profundas. Sus reflexiones en torno a la sociedad en la que él se movió, sus apreciaciones sobre el tipo de personajes o de personas que él conoció, hombres o mujeres, son de un altísimo nivel reflexivo. Creo que eso tú lo puedes encontrar de una forma u otra a lo largo de su obra, que es muy vasta tanto en poesía como narrativa.
»También tiene una gran producción como crítico literario, eso es algo poco comentado, poco conocido. Bukowski fue un tipo que estuvo muy pendiente tanto como podía, entorno a su mundo alrededor de la poesía, alrededor de la escritura y de lo que estaba ocurriendo en su momento en la sociedad estadounidense.
»Su obra es un gran elemento de la crónica de la época para entender la gran falacia del American Dream. Él siempre fue un enorme crítico puntilloso de esta sociedad que solamente pondera el éxito financiero y el poder de la imagen pública, como un elemento distractor de la gran miseria cotidiana que enfrentan millones de estadounidenses o no estadounidenses en ese país.»
«Algunas veces la gente insignificante que se queda en un mismo sitio por mucho tiempo, alcanza un cierto poder y prestigio».
Se busca una mujer (1973)
«Bukowski convirtió o hizo del fracaso, una actitud para enfrentar el arte, la vida misma. Yo diría que en el tamiz de los tiempos que vivimos, Bukowski no es para un lector que tiene la piel delgada, en estos tiempos donde las redes sociales han creado un universo propio de estulticia, de linchamientos al vapor, de descalificaciones a todo aquello que no se mueve bajo la batuta de la corrección política, pues obviamente Bukowski te puede decir muy poco y puede ser hasta condenable. Él está más allá de esos juicios al vapor.
»Bukowski sin tener un aparato mediático a su favor, como lo hacen ahora las grandes editoriales, en donde los escritores parecen, más bien, egresados de una escuela de odontología y todos están muy preocupados por ganar los premios literarios más importantes, o porque los inviten a ferias internacionales, o participar en congresos, etcétera, a mí me parece que su caso es excepcional y que puede ser la contraparte que establece un diálogo con el deber ser del escritor para con el lector.
»Estamos en un momento en donde, contrariamente a lo que parece, la gente no está dispuesta a aceptar las contradicciones del mundo en el que vivimos, donde todos quieren vivir en un Mundo feliz, y donde por todos lados se han erigido jueces y fiscalías para demostrar el trabajo de verdaderos creadores como Bukowski.»
«La gente no necesita amor, lo que necesita es triunfar en una cosa u otra. Puede ser en el amor, pero no es imprescindible».
Factotum (1975).
«Bukowski era un misántropo, no un misógino; él renunció a lo que tendría que ser o a lo que debería de ser un artista exitoso, un hombre exitoso para su trabajo y en sus propias reflexiones. Lo cual lo volvió un escritor profundamente original y vigente.
»Yo creo que encasillar a un autor en un término como “maldito”, no le queda a nadie en estos tiempos. Lo que tendríamos que ver es dónde está la buena literatura, dónde está la gran literatura. Y Bukowski, más allá de cualquier etiqueta, es un escritor que vale mucho la pena leer. Aquí quiero mencionar que editorial Anagrama, que es la que tiene los derechos de reproducción de su obra al español, difícilmente podría etiquetarlo como un escritor maldito, porque se leería muy poco, sería un escritor de cenáculos, para esa clase de gente que aún cree en el «malditismo» literario.
»Eso te habla muy bien de la selección de Jorge Herralde, de su ojo, de su sensibilidad, de su trabajo como editor y de su buen gusto para entender cuándo hay un buen autor escondido detrás de todo el aparato mercadotécnico, algo que me parece difícilmente podrías ver hoy día, en donde se buscan escritores que se porten como boy scout, prácticamente no queda espacio para la originalidad, para las ideas propias y para la confrontación; ahora cualquiera puede cuestionar a un escritor ya no habiendo leído una obra suya, ni siquiera un libro. Bukowski también cobra relevancia precisamente por lo singular y extraño que resultaría en nuestros días verlo frente a frente.»
«No era mi día. Ni mi semana, ni mi mes, ni mi año. Ni mi vida. ¡Maldita sea!».
Pulp (1994)
«Hay dos novelas que me parecen importantísimas, Factotum (1975) y Cartero (1971), me parecen unas grandes muestras de una literatura picaresca, de una literatura de iniciación en donde tú como lector vas recorriendo a partir de este personaje del cartero, muy bien logrado, toda esta senda del perdedor que nos narra. A lo largo de su obra me parece encontrar un camino de redención, una manera de encontrar un diálogo menos ríspido con la vida, a través de enfrentar unas condiciones de vida bastante duras y salir de ellas para convertirte en un escritor con su propio universo.
»Ya ha pasado suficiente tiempo para valorar la obra de Charles Bukowski con la suficiente distancia y verlo como un escritor a secas, bastante bueno, muy eficiente y que tiene un diálogo directo con el presente, con nuestro presente.»