El biólogo Antonio Lazcano comenta las posibilidades que ofrece este medicamento del que ya se conocen sus efectos en el ser humano, pero que ahora se prueban en el contexto de la enfermedad causada por este virus
Ciudad de México (N22/Karen Rivera).- ¿Qué tienen en común el SARS-CoV-2 y la Hepatitis C? Quizá le parece extraña la comparación, lo cierto es que ambos virus están relacionados evolutivamente. Un equipo de la Facultad de Ciencias de la UNAM, liderado por el investigador Rodrigo Jácome y en el que participa el Doctor Antonio Lazcano, encontró que el Sofosbuvir, medicamento originalmente diseñado para atacar la Hepatitis C podría funcionar como tratamiento alterno para la COVID-19.
«Nos pusimos a comparar las estructuras del virus de la Hepatitis C con el virus del SARS-CoV-2, el virus responsable de la Covid-19, nos dimos cuenta que eran muy parecidos y dijimos vamos a ver qué moléculas entran y traban la molécula, impiden su funcionamiento y nos dimos cuenta que efectivamente el Sofosbuvir es muy exitoso», comenta el biólogo Antonio Lazcano.
Los virus de RNA como los causantes de la Hepatitis C, el VIH y la Covid-19 necesitan de una polimerasa para propagarse, pero ¿qué es la polimerasa? es la enzima del virus que tiene como función leer el material genético para copiarse a sí mismo e infectar a otras células, en pocas palabras, es la causante de que los virus se multipliquen dentro de un hospedero, en este caso, dentro del ser humano. A través de modelos tridimensionales por computadora, los investigadores del Laboratorio de Origen de la Vida de la UNAM colocaron la molécula del Sofosbuvir en el sitio activo de la polimerasa del coronavirus y encontraron que se adaptaba de forma correcta.
«Lo que hace uno es engañar al virus para que en el momento en el que está multiplicando, leyendo el RNA, y está multiplicándolo entre una molécula que se parece solo en parte a los substratos naturales y traba en ese momento la replicación. El sofosbuvir lo que hace, como le digo, es que inhibe la multiplicación del virus al detener la acción de la polimerasa. Es como si un coche va andando en la calle y le echo yo unos clavos enormes que rompen las llantas, ya no puede seguir avanzando, es básicamente la idea.»
El equipo de investigadores también proponen utilizar mezclas de otros antivirales que rompen la protiasa, una especie de burbuja que carga las proteínas pequeñas funcionales del virus, y combinarlas con el Sofosbuvir para tener mejores resultados en el tratamiento.
«En términos evolutivos usar moléculas contra distintas partes del virus, nos da una suerte de garantía de que en caso de que hubiera una mutación que le permitiera al virus escaparse de la acción del Sofosbuvir, la otra molécula lo limitaría, entonces eso es en realidad la aplicación de un proceso de selección natural diciendo la probabilidad de que aparezcan dos, tres o más mutantes simultáneamente es baja y estamos dando los medicamentos adecuados. Yo me supongo que una estrategia médica adecuada sería darle el Sofosbuvir en combinación con medicamentos específicos para los coronavirus en las primeras etapas de la infección, antes de que un paciente entre a ser intubado.»
Y al respecto de las nanopartículas con cítricos y algunas soluciones de la medicina occidental, o remedios caseros que se difunden en redes sociales o medios de comunicación para tratar el SARS-CoV-2, el biólogo y divulgador de la ciencia, Antonio Lazcano comentó:
«No se puede estar jugando con estampitas, no se puede estar jugando con el hongo michoacano, no se puede estar jugando con las nanoapartículas con jugo de limón, si los políticos no saben cuáles son los medicamentos, entonces que mejor no hablen, que apelen a los especialistas para evitar confusiones que se multiplican de manera pavorosa en las redes sociales.»
Un frasco de Sofosbuvir tiene un costo aproximado de 80 mil pesos. Un precio alto para la mayoría de la población. Y es importante resaltar que hasta ahora la eficacia de este medicamento sólo se ha estudiado en modelos computacionales. El llamado es a los investigadores interesados que deseen iniciar protocolos de experimentación con este fármaco, y que cuenten con herramientas para realizar ensayos clínicos in vitro o en animales, debido que se trata de una prometedora alternativa porque ya se conocen sus efectos en el ser humano, y después a encontrar un tratamiento accesible para la sociedad. Esta investigación se suma a la de científicos de lugares como el Cairo, Irán y Austin que respaldan el valor terapéutico de este medicamento.
Imagen: ONU/Loey Felipe