La obra fotográfica de Pablo López Luz que pone en tensión la naturaleza y la urbanización, y una reflexión pictórica del medioambiente de Beatriz Zamora, ocuparán el museo hasta el 24 de marzo
Ciudad de México (N22/Karen Rivera).- El Museo Experimental El Eco inicia su temporada de exposiciones con un proyecto inédito del fotógrafo mexicano Pablo López Luz. Un total de 51 imágenes se exhiben bajo el nombre Piedra volcánica, en las que el artista describe las transformaciones que la urbanización provocó en el altiplano conocido como el Pedregal.
“Es un ensayo visual que utiliza como punto de referencia el reconocimiento y el levantamiento de imágenes a partir de enseñar como un común denominador, dentro de la Ciudad de México, a este material llamado piedra volcánica. A partir de este registro fotográfico que está hecho en blanco y negro, digamos de forma clásica, López Luz hace un montaje dentro de la arquitectura emocional de Mathias Goeritz, que cumple con hacer conexiones con diferentes espacios reconocidos con la arquitectura moderna del país, con otros momentos de la ciudad y su fundación”, puntualiza David Miranda, curador del Museo Experimental El Eco.
“Al margen de eso, esta muestra tiene como objetivo también hacer notar la crisis del modernismo y desarrollismo en la ciudad. Nosotros podemos ver en medio de estas imágenes, la tensión entre naturaleza y desarrollismo arquitectónico y cómo esa tensión puede dar cuenta que desde hace más de cincuenta años no ha podido regularse, digamos, cierta actividad de la conquista del territorio dentro de los límites de la ciudad.”
De manera paralela a esta muestra, que se presenta en la sala principal del recinto, se exhibe Decir densidad mineral de la artista Beatriz Zamora, en la sala Mont, una reflexión pictórica del medioambiente y su relación con el cosmos. La directora de este espacio, Paola Santoscoy, sobre esta muestra apunta que: “reúne nueve obras de Beatriz Zamora, que varían en fechas, la verdad es un rango bastante amplio, las primeras son a partir de los años setentas y las últimas mucho más recientes, un par de los noventa, y otras de 2016 y 17. Desde 1978 ella pinta únicamente obras a las que titula El Negro, todas tienen el mismo título y a la fecha hay más de 3 mil. […] Usa distintos minerales, en particular en muchas de estas obras usa un material que se llama carburo de silicio, que tiene distintos reflejos, pero también usa en momentos grafitos, ónix, negro de humo, que es una cosa hecha de petróleo como el negro más negro, entonces no es una pintura en ese sentido, son planteamientos pictóricos.”