El equipo de investigadores de la NASA descubrió una banda brillante en una latitud más alta en el hemisferio sur, donde el campo magnético de Saturno se cruza con la órbita de Encelado, una luna geológicamente activa que está disparando géiseres de hielo de agua al espacio
Ciudad de México (N22/ Redacción). – Una nueva investigación de la NASA, confirmó que los anillos de Saturno desaparecerán dentro de 100 millones de años arrastrados por la gravedad del planeta como una lluvia polvorienta de partículas de hielo. Los anillos desaparecerán debido a la influencia que ejerce el planeta sobre ellos mediante su campo magnético.
Las observaciones de las misiones Cassini y Voyager 1 y 2, hicieron posible llegar a esa deducción, «la ‘lluvia de anillos’ drena una cantidad de productos de agua que podrían llenar una piscina de tamaño olímpico desde los anillos de Saturno en media hora», dijo James O’Donoghue, del Centro de Vuelos Espaciales Goddard de la NASA.
“Solo con esto, todo el sistema de anillos desaparecerá en 300 millones de años, pero a esto se suma el material del anillo medido por Cassini-nave espacial detectado que cae en el ecuador de Saturno, y los anillos tienen menos de 100 millones de años de vida. Esto es relativamente corto, en comparación con la edad de Saturno de más de 4 mil millones de años”. O’Donoghue es el autor principal de un estudio sobre la lluvia de anillos de Saturno que aparece en la revista Ícaro el 17 de diciembre.
A raíz de este hallazgo, también se ha colado en la discusión, una duda que plantearon los científicos sobre el origen de los anillos, si Saturno se formó con ellos o si el planeta los adquirió más tarde en la vida. “La nueva investigación favorece este último escenario, lo que indica que es poco probable que tengan más de 100 millones de años, ya que el anillo C tardaría tanto en convertirse en lo que es hoy, suponiendo que alguna vez fue tan denso como el anillo B”, de acuerdo con un comunicado de la NASA.
En el documento, también explica que los anillos de Saturno son, en su mayoría, trozos de hielo de agua que varían en tamaño desde granos de polvo microscópicos hasta cantos rodados de varios metros de ancho. Las partículas del anillo quedan atrapadas en un acto de equilibrio entre la atracción de la gravedad de Saturno, que quiere atraerlas hacia el planeta, y su velocidad orbital, que quiere lanzarlas hacia el espacio.
“A medida que el planeta avanza en su órbita de 29.4 años, los anillos se exponen al Sol en diversos grados. Dado que la luz ultravioleta del Sol carga los granos de hielo y los hace responder al campo magnético de Saturno, la exposición variable a la luz solar debería cambiar la cantidad de lluvia de anillo”, añadió la NASA.