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Una exposición en el Museo Nacional de Arte de Cataluña busca otorgar el lugar que se le ha negado, no intencionalmente, en el surrealismo a Elena Diakonava (Gala Dalí)
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Ciudad de México (N22/Redacción).- El surrealismo y la historia la ha relegado, como a muchas otras mujeres, a la figura de musa y esposa, pero Gala Dalí fue mucho más que eso, “fue una mujer inclasificable y una artista por derecho propio”, escribe Estrella de Diego en El País Semanal. Ahora, una exposición busca devolverle la voz a esta mujer rusa nacida como Elena Diakonova (1894), en Kazán.
Esposa del poeta francés Paul Éluard y posteriormente de Salvador Dalí, Gala tuvo inquietudes artísticas y creativas propias. Cada una de sus relaciones abonó en su espíritu creativo, aunque el brillo de sus parejas eclipsó el propio. El Museo Nacional de Arte de Cataluña escarba en la historia para recuperar la veta creativa de esta mujer y teniéndola como eje principal, dar forma a la exposición Gala Salvador Dalí. Una habitación propia en Púbol, que abrirá sus puertas el próximo 6 de julio y que ha sido curada por Estrella de Diego.
Ésta es una relectura a la figura detrás del poeta y del pintor, pero en primera persona, una revaloración de la mujer y la artista a partir de sus escritos, sobre todo de su Diario (centrado en gran parte en su infancia en Rusia y hallado en el castillo de Púbol). “Sí, se piensa que soy una fortaleza bien defendida, perfectamente organizada, cuando a lo más podría ser una pequeña torre parpadeante que, por modestia trata de cubrirse y esconder sus ya deterioradas paredes y encontrar algo de soledad”, escribía Elena Diakonova.
Una habitación en Púbol, no sólo en el sentido que la da la inglesa, Virginia Woolf, a las habitaciones propias, sino también al espacio regalado por su cónyuge, el pintor de Figueres, el castillo de Púbol, al que sólo podía acceder con permiso de su pareja. Una voz propia que es revalorada en esta muestra.
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