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Los procesos implementados para la restauración deben fundamentarse en una rigurosa investigación histórica, explica Alfredo Saldaña de la Riva, subdirector de Restauración de Momentos de la DGMPC-SC
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Imagen: National Geographic en Español / Videomanjohn
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Ciudad de México (N22/Alberto Aranda).- Cuando ocurrió el sismo de septiembre del 2017, las personas que se encontraban frente a la Catedral Metropolitana fueron testigos de cómo una de las tres esculturas que rematan la fachada se vino abajo.
“Lo que pudimos ver es que ahora con este sismo es que las esculturas no tenían un sistema de anclaje que fue lo que nos sorprendió. Sabemos que son obras del escultor y arquitecto Manuel Tolsá entonces seguramente pensamos que había un sistema de anclaje, pero como vimos en el sismo cómo se movieron, cómo se sacudieron con la caída de una de ellas y las otras dos fueron caminando y quedando una volando de la cornisa de sus bases y la otra con mucho riesgo. Por eso la Dirección de Sitios toma esa decisión, de bajarlas para su conservación, para su restauración, para su protección también y para que en el futuro veamos cómo se van mejorar estos sistemas de anclaje”, describe José Alfredo Saldaña de la Riva, subdirector de Restauración de Momentos de la DGMPC-SC.
Todos los trabajos que se realizan en el inmueble se hacen de manera colegiada entre especialistas de la UNAM y el INAH. Por eso las esculturas de Manuel Tolsá fueron retiradas el 8 de noviembre del 2017 en una maniobra que duró todo el día. Para esto se utilizó una grúa hidráulica con capacidad de 220 toneladas que fue colocada en el arroyo vehicular.
“Nos dimos a la tarea de rescatar estas dos esculturas, la Fe y la Caridad, y pudimos ver el grado de deterioro en el que se encuentran que como sabemos tienen 200 años de estar en el remate de la portada central de la Catedral. Podemos ver los daños que ha ocasionado el tiempo, no sólo la intemperie. Vemos una serie de disgregación en las partes más expuestas, vemos faltantes, algunas grietas donde va penetrando la humedad generando, posteriormente, una serie de exfoliaciones.”
Tolsá diseñó estas piezas cuando fue maestro en San Carlos y se cree que él mismo talló la piedra dándole un estilo neoclásico. Además de la Fe, Esperanza y Caridad, Manuel Tolsá diseñó las esculturas de los Arzobispos que se encuentran en las dos torres. Al estar expuestas al medioambiente han ido perdiendo elementos.
“Una vez que se tengan todos los datos se proponen las mejores condiciones para su restauración. En este caso habrá que reponer los elementos faltantes con los datos que se tengan de antecedentes históricos. No podemos inventar nosotros si la mano iba cerrada o abierta o con cierta forma. Tiene que estar documentado, es parte de una investigación”.
Además de las torres y las esculturas, el arquitecto Manuel Tolsá diseñó la linternilla que se encuentra en el remate de una de la cúpulas. La linternilla, cuya altura supera los diez metros, no sufrió daños mayores, pero sí debe ser asegurada su estructura para que continúe resistiendo el paso del tiempo.
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